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Mostrando entradas de mayo, 2019

El verdadero padre del 'realismo mágico'...

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Seguramente los intelectuales del Caribe colombiano han escuchado y leído a uno de sus genios escritores, nada más y nada menos que Álvaro Cepeda Zamudio. Pero pregúntele usted a varias personas del común por la calle, si ha escuchado o leído a Álvaro Cepeda Zamudio, pues, muchos le dirán que el único "escritor" del Caribe colombiano que conocen es a Gabriel García Márquez, es el que más venden las librerías tanto de primera como de segunda mano, ¡cómo si Gabriel García Márquez fuera gran cosa! Más ha sido la bulla que le han hecho, que su contenido, si la gente lograra ver lo que yo veo, entonces, caerían en la cuenta, que Gabrielito no era ni es para tanto. Dónde queda Manuel Zapata Olivella, Héctor Rojas Herazo con su personaje Leocadio Mendieta, Alfonso Fuenmayor que prácticamente está desaparecido de las editoriales, dónde queda Álvaro Cepeda Zamudio, Germán Espinosa, y alguien que murió hace poco: Roberto Burgos Cantor, entre otros. Cuando usted empiece a leer los libr

Conversando con Cervantes, Whitman, Borges y Facundo Cabral...

Cervantes: ¡El Escribidor de Cartanueva me ha puesto unas quejas, dizque andan profanando las letras y diciendo que habéis un segundo yo en América, que de cosa no han dicho que me ha superado! Whitman: Eso me ha comentado Borges, Maestro. Borges: Sí-sí-sí e-e-es cierto, Maestros, e-e-eso dice la gente. Facundo Cabral: Ustedes saben que la gente exagera. El Escribidor: Así es, y tiene por nombre y apellido Gabriel García Márquez. Cervantes: ¡Ah! Lo he escuchado mencionar, pero vosotros sabéis que el mundo hacéis mucha bulléis. Whitman: Déjeme decirle Maestro, que no me parece tan trascendental el susodicho. Borges: A-a-así es, mi madre me-e-e lo empezó a-a leer, y le dije que pa-pa-rara, porque e-e-s muy extenso y no i-i-iba a llegar a nada. Facundo Cabral: La madre me contó que todo eso se lo contaron, como dice Piero, hay que saber mirar. El Escribidor: Así es Maestros, ese es un amanuense, copión, falto de humanidad, dizque el Quijote de América. Cervantes: Per

¡¡¡Dizque el Quijote de América!!!

¿Tú qué opinas Miguelito? Por ahí anda la gente alucinando, dando títulos desesperados. ¡Qué tal! Comparando tu obra con un tal Macondo, ¡Cuánta salida de tono Miguel! ¡Qué falta de respeto! Quizás si fuera otro, pero ese tal Gabriel García Márquez lo quieren comparar contigo. ¡Definitivamente la gente ya no sabe ni qué inventar! ¡Por eso se dedican a copiar! ¡Y a seguir a Vicente que tampoco sabe para dónde carajos va! ¡Si te contara Miguel! Me han insultado más que el carajos, porque me metí con el becerro de oro de más de un fanático, me han dicho ignorante, envidioso, llamador de atención, ¡qué me gane un Nobel primero! Como si un premio Nobel fuera gran cosa, ninguna cosa que se parezca a explosivos me sorprende. Porque para mí el máximo premio de la Literatura se llama: Cervantes, lleva tu marca. Además que tampoco busco ni fama ni gloria, con que tenga mis tres comidas diarias es suficiente, un lugar donde dormir y ya, para qué más si tenemos el aire para respirar y la playa

Para Pedro Blas Julio Romero...

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Recuerdo que estaba sentado atendiendo el almacén de ropa de segunda mano en la calle del Guerrero, y se presenta un hombre de barba larga como la usan los judíos, de piel morena y con sombrero, de más o menos uno con sesenta y cinco de estatura y, llegaba con una pintora. Le pareció extraordinario el lugar, mágico para hacer tertulias. Entonces, yo me dije en mi pensar: Este señor me parece conocido. De repente se me iluminó el cerebro y dije:  "Usted es..." Y la pintora me detiene y dice: "Él es Pedro Blas Julio Romero." Y dije que claro... Había escuchado hablar de Pedro Blas, pero no lo había leído aún. Desde entonces empezó una amistad. Y siempre pasaba y me saludaba, y cruzábamos palabras, todavía las cruzamos. Maestro, ¿Será que usted y yo somos familia? ¡Porque yo también llevo un Madariaga! Seguramente, de esos de San Bernardo del Viento, de Córdoba, y si no, de Guipúzcoa, donde empezó todo el tronco, ¡No cabe duda! Además de que tiene un ademán muy par

El liquiliqui que no pagó Gabriel García Márquez

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El liquilique con el que Gabriel García Márquez recibió el premio Nobel (premio inventado por el inventor de la dinámita que todo destruye, ecosistemas, humanidad, y más), no se lo regaló un francés, se lo fió un italiano que tuvo una confección en Barranquilla, y se llamó: Victorio Caputo. El liquilique que nunca pagó. Pero supongamos que esto no tiene nada que ver con su literatura, deja mucho que decir de su persona. Se dice que ni las gracias dio después de la gloria, una   falsa gloria para mí, porque era un genio para el plagio, eso hay que reconocer, tanto, que persuadió a los que dan ese supuesto máximo premio de la Literatura. Este secreto que ya no es secreto me lo reveló un familiar del confeccionista, y como dice la Biblia, de que bajo cielo y tierra no hay nada oculto. Por ahí tengo información, que más allá de haber plagiado Macondo, Macondo es una población en Colombia que existe antes de nacer Gabriel García Márquez como cualquier otro lugar de Colombia,

Para los gabofilos...

Yo también fui gabofilo, pero... He dejado de serlo, porque he despertado, He salido de la nimiedad. Lo siento si he tocado a su becerro de oro, Pero, es que yo no soy idólatra. Uno que otro intelectual gabista lo defiende con argumentos, Pero otros, son como las ovejas de Álvaro Uribe Vélez Ochoa. Señores, mundo, ¡Cuánto daño le ha hecho Gabo a la humanidad! Encerrarla en un laberinto sin salida. ¿Acaso tengo yo que elogiar lo que no me parece? Porque la humanidad es tan ingrata y apasionada, que pronto dirán que Gabriel García Márquez superó a Cervantes, ¡Cuánta locura! Es decir, para ser intelectual, sabedor de literatura, hay que alabar a Gabriel García Márquez, De lo contrario, serías ignorante, o charlatán, para ellos, para los veneradores. Hay escritores que entre ellos se tiran rosas o flores, una margarita, un bello clavel, Y pasan los años y se dan trompadas también, Como aquel poeta del Caribe colombiano que trompeo a otro por poetastro. Así pasó con un amigo del susod

Nobel, Príncipe de Asturias y Cervantes...

Por ahí me dijeron ignorante, uno que otro, porque cuando uno toca el dios de alguien, ellos se ponen energúmenos, y la mayor lucidez que les cabe en la cabeza es decir: "La ignorancia es atrevida", pero, para dónde va la gente, para donde va Vicente, para donde la propaganda los lleva, y son pocos los que antes de seguir la propaganda se preguntan si la propaganda los llevará a buen lugar. Por eso, cuando alguien crítica a su dios, entonces no les cabe en la cabeza una premisa que lo cuestione, porque no están preparados para reflexionar lo antagónico, porque están esperando que Raymundo y todo el mundo siga dando aprobación. Sin embargo, menos mal que este mundo está lleno de intrépidos, o si no, el mundo seguiría tragando entero y yendo para donde Chente. Gabriel García Márquez, si es que escribió, no era bueno, ni tampoco malo, escribió unos libros para la distracción de algunos lectores, lo admiré alguna vez, pero cuando uno lee a muchos, uno dice: "Pero cuál es el

La Catedral de Notre-Dame...

No recuerdo haber leído a Víctor Hugo. Pero sí recuerdo haberme visto en mi niñez el Jorobado de Notre-Dame, en el cumpleaños de una amiga de primero de primaria, cuando estudiaba en los Pipiolos, no recuerdo su nombre, pero vivía en el barrio del Cabrero, en una casa interesante, de esas casas con historia republicana, lo cual puso más atractivo el ver la película donde salía Quasimodo. No soy católico, pero eso no quiere decir que no admire su arte, su historia. Aún sabiendo que la reliquia llega a los 850 años, donde han estado grandes personajes de la historia de la humanidad, desde militares, hasta aristócratas que han dirigido el mundo. Quizá se piense y se diga: "bueno, ojalá se caiga toda Babilonia la Grande, todo su esplendor", y sí que es tremendo esplendor el de la Catedral de Notre-Dame. Es extraño ese incendio. Cuando vi por las noticias que estaba en llamas me pareció increíble. Ahora el mundo se centra en Notre-Dame, parecería el corazón del mundo en estos i

Para un tal Macondo...

Leo la Hojarasca, canas caídas al suelo, lo mismo que decir un otoño del patriarca, que no es más que una hojarasca, como un Coronel no tiene quien le escriba, otra hojarasca, otro otoño, otro patriarca Coronel que murió esperando la hojarasca de tantos otoños, la misma mierda, dicha de otra forma. Relato de un náufrago, como el "relato" de Crónica de un muerte anunciada, puro dictado, propio de un amanuense, dónde estará la genialidad. El amor y otros demonios, los mismos demonios que atormentan al amor en los tiempos del cólera, dónde está la enfermedad, ese amor imposible, cuál habrá sido, medio cambian los títulos pero no la idea. Vivir para contarla, toda una excusa, y la misma vaina, encerrado de lo que nunca pudo salir, un trauma, qué será, sin embargo, para que creyeran que quien la vivió, la puede contar mejor. Cien años de soledad, todo lo mencionado con anterioridad junto, con otro título, y de otra forma, pero siempre fue y es lo mismo, no salió de ahí,

Un verdadero Escritor del Caribe colombiano...

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Ayer me encontré con Héctor Rojas Herazo, pariente de mis parientes. Lo vi como a las 6 de la tarde o más, por allá por el parque centenario. Y preguntó que si andaba buscando un libro suyo, entonces por el espíritu santo llegué a la única librería abierta a esa hora, donde el Conce, y me mostró de inmediato un libro del Maestro que lleva por título: En noviembre llega el arzobispo; no me dolió pagar por él 17 mil pesos, si hubiera tenido más hasta se los hubiera dado al Conce. El Conce trató de decirme que es una reliquia, yo le dije que tranquilo, que yo sé lo que esta joya vale. Y bueno, partí en mi bicicleta. Y pensaba dentro de mí, que definitivamente la gente va para donde va Vicente. Hablando con Héctor esta mañana, le decía que el Caribe anda jactándose con un escritorcito dizque porque tiene un premio Nobel. Le decía que él nada tenía que envidiar a los nobeles, que hasta mejor que Vargas Llosa es, y que a nivel de todos esos euro-pe'os también está, y que ahora la gent

Para mi eterno amor, Milcal...

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Quiero tener un eterno amor, y que ese eterno amor me tenga. Quiero que nuestro amor no sea oculto, que no sea secreto, porque te quiero para la eternidad. Quiero llevarte de la mano Milcal, por todas las avenidas y calles y plazas y parques y lugares habidos y por haber. También poderte dar un beso que me nazca darte en algún instante que un público observe. Quiero entrar por la puerta de tu cuerpo cuando la toque, y luego salir cuando me vaya, y que tu puerta esté disponible siempre para mí. Quiero que tu desesperación apasionada sea por mí, para que mi afán desesperado y fervoroso sea por ti. Quiero que me escuches, no quiero que me grites, ni que me ofendas sin ningún motivo, y tampoco con motivo. No quiero que seas esclava ni de mí ni de nadie ni de tus tormentos internos. No quiero rogarte amor, Milcal, eso ni pensarlo, porque tú eres yo y yo soy tú a la inversa, somos recíprocos, somos correspondidos, somos uno. Quiero un eterno lugar íntimo para ti y para mí, donde nos consuma

Otro Grande del Caribe colombiano...

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Este libro lo tuve desde mi adolescencia, pero lo obsequié, y le tomé una fotografía para el recuerdo, nada más y nada menos que: "Chambacú corral de negros", del Antropólogo y erudito Manuel Zapata Olivella, ese que llevó al aprendiz o principiante de Gabriel García Márquez al periódico El Universal, aquel que después los sepultó a todos, a todos los verdaderos genios del Caribe colombiano que lo influenciaron y a los cuales les cogió muchas ideas. Por ejemplo, en uno de los artículos del periodista Gustavo Tatis Guerra (gabofilo acérrimo), que escribió hace algunos días, pude analizar otras más de mis preguntas, donde el mismo Tatis menciona que Zapata Olivella le entrega un folleto a Gabriel García Márquez, manuscritos que redactan la vida de ancestros militares de Zapata Olivella, y que tenían por apellido: Buendía. Luego, en el mismo artículo se menciona cuando Clemente Zabala se lleva a Gabo para realizar una investigación acerca de la masacre de las bananeras, masacre