El liquiliqui que no pagó Gabriel García Márquez
El liquilique con el que Gabriel García Márquez recibió el premio Nobel (premio inventado por el inventor de la dinámita que todo destruye, ecosistemas, humanidad, y más), no se lo regaló un francés, se lo fió un italiano que tuvo una confección en Barranquilla, y se llamó: Victorio Caputo. El liquilique que nunca pagó. Pero supongamos que esto no tiene nada que ver con su literatura, deja mucho que decir de su persona. Se dice que ni las gracias dio después de la gloria, una falsa gloria para mí, porque era un genio para el plagio, eso hay que reconocer, tanto, que persuadió a los que dan ese supuesto máximo premio de la Literatura. Este secreto que ya no es secreto me lo reveló un familiar del confeccionista, y como dice la Biblia, de que bajo cielo y tierra no hay nada oculto. Por ahí tengo información, que más allá de haber plagiado Macondo, Macondo es una población en Colombia que existe antes de nacer Gabriel García Márquez como cualquier otro lugar de Colombia, como Palenque por ejemplo, y se llama Macondo, pero ese pasabocas se los doy después, por el momento tenga este aperitivo, para que lo vayan saboreando, esto apenas comienza.
Atentamente: El Escribidor.
En el siguiente enlace el Heraldo cuenta la anécdota del liquilique:
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