Ética, estética, valores y principios morales… (11/07/2’024)

Ética, estética, valores y principios morales… (11/07/2’024)


Si alguna gran fortuna tengo, puede ser por un gran legado dentro de lo legal. Un legado que viene de generación en generación. Un legado modesto. Un legado no solamente material que ya es suficiente para seguir creciendo, sino, por un legado del espíritu, un legado filosófico de humanidad, algo que sin lugar a dudas me hace afortunado y privilegiado. No obstante, el legado material puede que esté estático, está ahí esperando, puede desaparecer o puede multiplicarse, sin embargo, el legado del espíritu crece, y cuando el espíritu vive en constante trascendencia trae consigo la abundancia material por añadidura, porque la verdadera riqueza nace primero del espíritu, luego se materializa.


Mucha gente piensa que yo soy un pobretón, o un miserable, o un holgazán, o un muerto de hambre porque vivo en un barrio popular, en La Loma del Diamante, aunque en estos tiempos La Loma del Diamante está establecida en una posición geográfica envidiable y que vale más que minas de oro. Como también se dice que subía Rafael Wenceslao Núñez Moledo a tomarse un café a veces para observar desde aquí su casa del Cabrero. Aunque no es en La Loma del Diamante el legado material al que me refiero, sin embargo, el legado que me ha dado La Loma del Diamante es trascendental, sobre todo como cultura popular, porque en lo popular está lo universal, entonces es un legado intangible y eso lo hace poderoso. Porque aparte de mi familia materna también considero familia a la mayoría de vecinos de La Loma del Diamante que me vieron nacer y crecer, que han observado de cerca mi proceso como persona, así como a mis amigos y amigas de infancia del barrio con los cuales crecimos juntos y jugamos en la calle y que por ende considero como hermanos y hermanas, es un afecto bastante fraternal. Bueno, son muchas las razones que me atan a La Loma del Diamante, un barrio que no puedo ni debo abandonar, menos a estas alturas de la vida donde uno ha crecido intelectualmente y ha comprendido el sofisma de este sistema de mundo macabro. Siendo La Loma del Diamante, el mejor de los diamantes que hasta hoy se ha mostrado en este sistema de mundo.


Mis enemigos políticos que en realidad son puros politiqueros, se dejan llevar de las apariencias, porque ellos viven de pura apariencia, y en todo lo que hacen son pseudos, porque son de mera fachada, del oropel más puro y barato, pero las apariencias engañan, y por eso ellos viven autoengañados, porque son mitómanos. Ya quisieran ellos, que son los verdaderos pobretones, y miserables, y muertos de hambre que defienden a los ricos explotadores y corruptos, tener el legado material que yo tengo. Ya desearían ellos también haber sido ilustrados como yo y haber heredado un legado filosófico, como yo. Lo que a ellos les molesta es que, teniéndolo yo todo para ser corrupto y robarme al Estado y así poder tener una riqueza material ramplona del lado de ellos no lo hago, eso ellos no lo pueden entender, porque son brutos y creen que los grandes legados hay que usarlos como los ha usado parte de la aristocracia del mundo, del país y de la ciudad, porque creen que tener clase es pisotear a los demás, por eso son pseudoaristócratas, pseudonobles, y pseudointelectuales que crean y defienden a las bandas criminales, y que pertenecen a una nueva burguesía traqueta enriquecida por el narcotráfico y lavado de activos y el contrabando y la corrupción política que incluye el detrimento patrimonial, y para esta ralea de lumpen lo anterior significa trabajar y ser gente de bien, y que aquel que trabaja honestamente y explotado es un vago que quiere todo regalado y que no tiene proyección o ambiciones o es corto de espíritu.


Pienso que esta gente tiene una idea elemental de lo que significa trabajar. Porque ellos confunden el trabajo que se hace utilizando la fuerza corporal, con vender cocaína u otras drogas, y con las ganancias del dinero de la cocaína y otras drogas comprar propiedades y poner un negocio legal de alguna cosa (hoteles, restaurantes, bares, almacenes, joyerías, y demás) para lavar ese dinero del narcotráfico o del contrabando o del erario de la Administración Pública que se roban, porque también son burócratas que dicen trabajar, cuando en realidad se reparten los contratos del dinero público esperando comisiones y a un sobrecosto que al final terminan incumpliendo y jurídicamente están acostumbrados a que nada les pase. A eso ellos le llaman éxito, o realización, y lo confunden con la fortuna o con la abundancia o con la verdadera riqueza o el verdadero trabajo. Aparte de eso no le pagan bien a sus empleados, y le venden a sus empleados la idea del sueño americano, como bien lo describe el cantante de Champeta Afina’o en la canción de “Don Tuvo.” Entonces mandan a uno a trabajar sin tener ellos verdaderamente la autoridad moral para eso, y yo les digo que si ellos llegan a hacer el trabajo corporal que yo he hecho se les podría salir la morrana, porque ellos están acostumbrados al dinero fácil, y el que se oponga a eso le mandan al de la moto, porque el cerebro solamente les da para contratar sicarios para intimidar a alguien que los denuncia como yo. Además de eso ellos piensan que la única manera de ser trabajador o “camellador” (una frase propia del capitalismo barato y fracasado sumada al sionismo-fascismo), es que si no se usa la fuerza del cuerpo no es trabajo, se les olvida que existe también el trabajo intelectual, el trabajo de la mente, algo que ellos menos saben hacer, porque el trabajo intelectual involucra usar el pensamiento y por ende el cerebro, algo que ellos no saben utilizar porque les podría ocasionar una hernia cerebral o les podría salir un tumor en el cerebelo y ahí que sí quedarían más inútiles de lo que ya son, porque si no son capaces de sudar con el trabajo corporal que es más fácil, menos podrán usar o desarrollar un trabajo intelectual que aporte a la humanidad para la edificación porque es más difícil, porque hay que usar los sesos, y por eso a la hora de debatir son flojos argumentativamente, y por eso recurren al insulto o a señalar tu persona con una pseudoética y pseudoestética y pseudomoralidad y pseudovalores y pseudoprincipios, cuando ellos carecen de toda esa Filosofía de las humanidades. Podría extenderme más, pero pienso que por ahora es suficiente.


Por José Antonio Támara-León.


El Escribidor de La Loma del Diamante.


De Las Águilas Doradas que irradian e inspiran Amor, Paz, Justicia y Poder.


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