Sobre novela “La Religiosa” de Denis Diderot…

Sobre novela “La Religiosa” de Denis Diderot…

Nojoda, tenía mis ratos largos, quizá años que no leía una verdadera obra literaria, o por lo menos dentro del género de la novela, o al menos con esta sensibilidad tan profunda, porque la última que leí de un supuesto Nobel de Literatura que parecía un borrador como casi todas las que me he leído del supuesto, no era que me hubiera impactado mucho, burda y con falta de delicadeza y sin ya nada que decir. Y algo que analizo en “La Religiosa” es que este mismo supuesto tiene unas con una temática similar, pero con falta de finura, porque a decir verdad Diderot era un tipo con clase escribiendo, y este otro que no quiero mencionar porque no vale la pena, era un chabacano. Entonces no sale con la misma profundidad canalizadora del espíritu humano tocado por la divinidad del genio y de su genio. Pero bueno, la gente se deja seducir por modas porque no tiene la capacidad para tener el criterio de cuestionar, y no cuestionar por cuestionar, sino cuestionar con la solidez del argumento de lo que nuestro espíritu concibe, por eso hay gente que está creída que los mejores escritores son a los que les dan premios y que los otros no merecen ser leídos porque no tienen premios, lo cual es un absurdo, porque un premio no determina que un escritor sea bueno, y más allá de ser escritor, se es un pensador, y si una persona no es un verdadero ser pensante, entonces lo que escribe no tiene sentido o quizá diga algo pero que no es para tanto y que cualquier persona común y corriente puede decir, podría ser pura perogrullada.

No sabía que alguna vez cuando Diderot se quedó sin plata y no tenía para publicar sus libros, decidió poner a la venta su gran biblioteca, entonces Catalina II de Rusia que era una admiradora de él se enteró y se la compró y además de eso le pidió que la administrara que ella le pagaba, y por si fuera poco le adelantó cincuenta años de sueldo, en pocas palabras Catalina II quería que Diderot se quedara con ella para toda la vida, y además de eso Catalina II lo invitó a vivir en su Palacio en San Petersburgo, y se dice que tuvieron vida íntima durante todo un invierno, tuvo que haberla pasado sabroso compartiendo la cama de Catalina II. Pero lastimosamente Diderot no soportó el frío y se fue a vivir para Francia para que lo persiguiera Federico el Grande, porque al parecer le interesaba más el suspenso jurídico y político que el sentimental y romántico. Si yo hubiera sido Diderot me hubiera casado con Catalina II y la hubiéramos pasado rico todos los inviernos porque a mí me gusta el frío y le hubiera hecho varios hijos e hijas, y desde ahí hubiera derrumbado con las letras a todos mis enemigos corruptos, sin embargo, el genio habrá tenido sus razones, quizá Catalina II no le movía tanto el piso como amante. Voltaire era uno de sus otros grandes admiradores, bueno, quién no admirará a Diderot, hasta los que no han nacido todavía, y decía Voltaire: “Todo entra en la esfera de su genio: pasa de las alturas de la metafísica al oficio de un tejedor, y luego se va al teatro.” Una apreciación de Voltaire que dice mucho de la sencillez de Diderot como ser humano, es que profundizar sobre los asuntos abstractos, es tener claro que tejer aunque parezca una simpleza del diario vivir, tiene una abstracción universal que hasta la gente del común y corriente la pasa por desapercibida y le parece algo elemental y le da más valor a los cargos públicos por ejemplo que tenga una persona en el Estado, es decir, halla la gente más grandeza en ser presidente o gobernador o alcalde que en ser vendedor de butifarra, esto último que encierra la universalidad humana que aunque los tiempos cambien sigue siendo la misma, con la misma esencia en todos los tiempos, de la misma circunstancia del sitio o del lugar de los tiempos y circunstancias de Cristo y demás, antes de él y después de él. Goethe también reconoció su genio, y según vivía molesto con Diderot porque había desperdiciado su genio intentando destruir o desconstruir las mentiras de la Iglesia, una apreciación irrespetuosa por parte de Goethe en mi opinión personal.

María Susana Simonin, una bella mujer, no tanto por su hermosura que desconcertaba, sino por su calidad humana, su sensibilidad, como cuando uno entiende qué es ponerse en los zapatos del otro, así era ella. Ella es quien narra la historia, una interesante técnica que utiliza Diderot, se mete en la voz de una mujer, así como Marguerite Yourcenar narra como si fuera Adriano. Obviamente Diderot es primero que Yourcenar. María Susana Simonin, Simonin resulta ser el apellido de aquel que no es su padre, como si ella hubiera sido el pecado de su madre, y que su madre separa de sus otras dos hermanas, y cuando los pretendientes llegan a la familia es gracias a María Susana y no tanto por sus hermanas, porque ella es la más hermosa que su madre quiere hacer parecer fea, es como si su madre la odiara o fuera la causa de sus problemas, algo que no entiende María Susana hasta que llega a saber que no es hija del señor Simonin, y que Simonin la desprecia, seguramente porque María Susana es hija de algún hombre que él odia. Y su madre, para poder pagar por sus pecados, porque también es una religiosa retrógrada y recalcitrante, algo de lo cual ella ni siquiera tiene culpa tampoco, porque la Iglesia enseñó todo como no era, y la gente le creyó y por eso viven en un infierno, porque tienen miedo de ir al infierno de fuego y azufre que se inventó la curia, entonces, termina pagando María Susana por los errores que su madre quiere dejar saldados ante el supuesto “dios” que enseñan los católicos. Por eso decide meter a María Susana en un Convento, para así psicológicamente sentirse más tranquila con su propia hipocresía, mientras que sus otras dos hijas ignorantes de todo lo que ocurre tienen la libertad de casarse y tener una familia cada una.

Cuando entra al Convento se convierte en sor Susana o Santa Susana, y su tormento es porque no acepta los votos, o no hace los votos que esperan las religiosas del Convento, sobre todo las madres superioras que están traumatizadas con la vida religiosa que más que enseñar la Biblia enseñan un catecismo que no tiene nada que ver con la Biblia y por eso todos los días y todas las noches se sienten culpables. Desde cuándo Jesús Cristo dijo que las mujeres creyentes tenían que vivir en un Convento para demostrarle a Dios amor y devoción, además que un Convento parece un hospital psiquiátrico o una cárcel por sus celdas, donde las mujeres piden a grito un polvo, porque ya no aguantan más las tentaciones o los deseos concupiscentes del instinto natural humano que produce el organismo y por eso se acarician entre ellas como por falta de cariño y como si todas tuvieran orientación hacia el lesbianismo, porque se desnudan y duermen juntas y se tocan y se besan por todas partes, como en la boca, y luego, sufren psicológicamente un espanto por lo que acaban de hacer, por esos deseos incontrolables que según los altos jerarcas de la Iglesia insultan a Dios y son pecados de alta gravedad, porque las relaciones sexuales como que son del demonio, y más si son homosexuales o lésbicas.

A sor Susana quieren obligarla a decir que acepta los votos, le preguntan que si dirá toda la verdad a las preguntas que le harán para hacer los votos, ella siempre dice la verdad, entonces dice que sí, y luego, cuando con esas preguntas la intentan meter en su cuento, ella dice que no se entregará a Dios como las religiosas del Convento esperan, o no como la Iglesia espera usurpando la autoridad de Dios y lo que supuestamente Dios quiere que los seres humanos hagamos, como si el amor a Dios fuera obligado y no la voluntad de cada ser humano, porque el amor a Dios debe ser voluntario y no una obligación porque entonces no tendría sentido, y eso es lo que ocurre en estos conventos. Y como sor Susana no aceptó o dijo que no sería fiel a Dios como pretendía el Convento que lo fuera, que más que ser fiel a Dios era más bien ser fiel al Convento o a las pretensiones de las religiosas. Entonces llaman a su madre y a su supuesto padre y la expulsan del Convento, luego la meten en otro, y allí la maltratan, intenta suicidarse, pero intuye que no es el camino, además porque cuando lo intenta nadie corre a decirle que no lo haga, es como si dijeran: “Allá tú.” Entonces no entra más en ese estado patético.

Todas esas monjas son infelices en verdad, algunas se suicidan y otras se vuelven locas, ¿quién dijo que eso es de Dios? ¿Quién dijo que eso es lo que Dios nos quiere enseñar? En realidad, Dios nos quiere libres, y el temor a Dios no es un pavor morboso, es un respeto que tiene que ver con los valores y principios morales y éticos y estéticos que no tienen nada que ver con la tergiversación bíblica que hacen religiosos que le agregan a la misma o le quitan dañando así su verdadero mensaje. ¿Quién dijo que para servir a Dios hay que estar en un Convento o en un Seminario y rezar porque la gente cree que el que peca y reza empata? Eso es hipocresía. Quien hace eso no tiene claro cuál es el respeto a Dios, que es el respeto a uno mismo como persona, como ser, como espíritu humano, y dentro de ese respeto a uno mismo está el no ser corrupto, es decir, el no hacerle daño a la humanidad ni a la naturaleza donde uno mismo reside, o asesinar a un semejante, o robar lo que es de toda una colectividad, o señalar, o mentir, que en realidad ahí está basada toda la maldad del mundo, sobre la mentira, y sobre esta mentira construyen estos conventos, que aparentemente educan a la gente en otras áreas del saber, y aparentemente hacen trabajos sociales, y sirven a comunidades, pero en realidad de qué sirve eso si las religiosas ya están viviendo un infierno, entonces es pura fachada, del oropel más puro y barato.

El supuesto padre de María Susana muere, así como su madre acomplejada y engañada por sus falsas creencias y doctrinas. Sor Susana queda aparentemente sola, no obstante le escribe a un Marqués al que le pone todas sus quejas y este está al tanto, la llevan a juicio y a ella se le hace demasiado fácil defenderse, porque siempre dice la verdad y dentro de la verdad hay mucha lógica, por eso es que la verdad es bella, porque cuando uno la vive, no necesita esconder nada ni inventar nada, la vida fluye y no debe uno nada, en realidad esos son los verdaderos votos de Santa Susana, no los malintencionados que quisieron hacerle pronunciar con sus artimañosas preguntas. Entonces la trasladan a otro Convento, donde ya no la tratan mal como en los anteriores, sin embargo nota que a otras muchachas no las tratan bien, y resulta ser sor Susana la más privilegiada, sin embargo, ser privilegiada también es causa de tormento, porque mientras ella es bien tratada otras no lo son, recordando así lo que ella vivió en otros conventos. Resaltar también que estuvo en el coro y que tenía una bonita voz. En el nuevo Convento sor Susana se hizo amiga de cierta manera del nuevo director, por su manera de describir a algunos sacerdotes se nota su atracción por ellos, pero no una atracción lujuriosa o de vida disoluta, sino una atracción sana, porque sor Susana está llena de inocencia y de verdad, una atracción de admiración o quizá de encontrar una pareja como sus hermanas casadas, para compartir su vida con alguien que quisiera. Entonces conversa mucho con Dom Morel, que de cierta manera es como ella pero versión hombre, como ella en el sentido de que también ha sido perseguido por otros clérigos, así como ella lo fue por otras religiosas. Total, que Santa Susana planea su fuga y se escapa con un joven benedictino que luego la asusta porque tenía otras intenciones y ella desea estar otra vez en el Convento porque le parece peor haberse escapado, no obstante, después logra escabullirse del monje y al final resulta libre, al menos del Convento más que de sus pasiones sensatas y sanas, donde ya no es sor Susana o Santa Susana, sino que solamente: María. Y recuerden que cuando uno lee un libro o un periódico o una revista o un artículo o hasta una frase profunda, uno no vuelve a ser el mismo, lo digo por experiencia, porque la experiencia no se improvisa.

Atentamente: El Escribidor de La Loma del Diamante.