Sobre lectura de la Europa de Hitler de Arnold J. Toynbee… (24/07/2’023)

Sobre lectura de la Europa de Hitler de Arnold J. Toynbee… (24/07/2’023)

Definitivamente se podría decir que Hitler le dio un giro a Europa, un giro acelerado y obligado, un giro que fue la estocada para hacerla lo que hoy es en <<desarrollo.>> Un giro que América Latina podría vivir, pero gracias a la experiencia macabra que vivió Europa pienso que podemos abstenernos de una guerra devastadora, y pienso que no debemos vivirla para poder sentar cabeza y edificar nuestro entorno hacia el progreso de todos. Uno trata de comprender el ideal de Hitler, pero cuando uno observa la persecución en especial a los judíos porque fueron a los que más mató, entonces uno dice que un proyecto así para la humanidad es desquiciado. Porque cuando se persiguen ideales sin importar etnia o religión o tendencia política o de orientación sexual o de género, es posible que los ideales sean sensatos, pero cuando se persiguen ideales donde se marca el odio y el rencor, y donde el fin para lograr el objetivo es exterminar a una etnia, y además de eso poner a su etnia por encima de las otras, entonces, ese es un peligro hasta para la misma humanidad que ellos defienden. Exterminar por ejemplo a más de seis millones de judíos es una locura. No obstante, uno observa la mente macabra de Hitler, y en su ideario hay un tipo de seducción, sin embargo, es de una complejidad que ahora a la humanidad no le cabe en la cabeza cuando se trata de matar gente o crear genocidios para lograr materializar ese ideal. De haberlo logrado hubiera sido algo platónico, pero logrado con el derramamiento de mucha sangre. No obstante, esa es la historia de la humanidad.

Con este libro uno logra entender la Segunda Guerra Mundial con más detalle, desde cómo ocurrió en la vida cotidiana, y que no fue tan fácil para Hitler como uno piensa, porque hasta en la misma Alemania tenía sus oponentes en el mismo Estado, de no haber sido así, entonces Hitler hubiera ido más lejos en su proyecto ambicioso pero destructor, además, porque Hitler le tenía respeto a la opinión pública, sobre todo a la opinión pública de Alemania, y también le tocaba respetar a la opinión pública de los países que quería conquistar y anexionar a su régimen, aquí es donde yo me doy cuenta que un político sin el pueblo nada es, porque al final el pueblo es el que manda y eso uno debe hacérselo entender al pueblo. Pensar como arrodilló a reyes a sus propios intereses, y como otros reyes se le opusieron, tanto que crearon una resistencia en toda Europa para combatirlos, en Italia y Francia le llamaban los partisanos, que no eran más que grupos de guerrillas en contra de las ocupaciones de Hitler. El Autor del libro dice que Hitler era bruto, que quiso ser un gran Emperador sin tener en realidad el potencial para eso, porque al final, Hitler no era un verdadero político, sino que parecía un hombre con un resentimiento social hacia algunas etnias del mundo. También dice que si Hitler hubiera sido más inteligente hubiera creado un gran Imperio, no obstante a Hitler no se le podía exigir en su cerebro ser un Carlo Magno, o un Julio César, no, Hitler estaba loco, no estaba aterrizado, quería matar a todo el que pensase diferente a él, inclusive, quiso exterminar a todo el Vaticano, pero, le recomendaron que no lo hiciera y lo dejó intacto, seguramente ahí sí que lo hubieran acabado más rápido aunque no estaba mal borrar del mapa al Vaticano, hubiera sido interesante, no obstante, el Vaticano también es dueño del mundo, de este mundo, y ese hubiera sido un problema más grande del que Hitler generaba, porque como dicen por ahí: “No te metas con los trastos de la Iglesia.”

No hubo en ningún país de Europa en el que no estuvieran en contra y no estuvieran a favor de Hitler, en todos Hitler tuvo sus simpatizantes y detractores, en algunos más que otros, y en otros menos que otros. Pero lo que a mí me llama mucho la atención es el poder de las guerrillas, fueron una piedra en el zapato para él. Aquí es donde uno entiende mejor de que no existe enemigo pequeño, y que el más gigante Imperio del mundo puede caer cuando una resistencia se organiza. Sobretodo porque ya Hitler con el exterminio que estaba haciendo perdió cualquier argumento para defender su ideal. Porque era un ideal nefasto, se tenía que conseguir con el exterminio de otros pueblos, no era un ideal como el ideal comunista, que quiere unir a todos los pueblos para que defendamos un interés común y vivamos en paz y como hermanos y sin egoísmos, esa es la diferencia entre Hitler y el comunismo, por eso Rusia como Unión Soviética logra neutralizar a Hitler y después las otras naciones en cabeza de Churchill dan la estocada final, claro está, todos se unieron contra este loco y estos racistas.

Debo destacar del libro su narrativa, pero también cómo describe la economía de Europa en ese momento, por eso se lo recomiendo a los empresarios e industriales y más que todo a los dirigentes de las naciones, en especial al señor Presidente de La República de Colombia Gustavo Francisco Petro Urrego, el camarada, que yo sé que él está claro en estos temas, sin embargo, para que no se le olvide, quizá puede aplicar muchas cosas para el progreso de nuestra nación colombiana. Y debo reconocer que en el sentido económico rescato lo bueno que tenía Hitler, tenía una claridad sobre la mano de obra y la agricultura, para él era importantísimo emplear a mucha gente, porque eso significaba una mayor producción, aunque si Carlos Marx estuviera vivo en ese entonces lo hubiera denunciado por explotación. También sorprende cómo de ser un obrero pasó a ser uno de los hombres más poderosos del mundo que puso a temblar a toda la realeza, no obstante, Hitler no tenía lo que sí tiene la realeza, que es clase y diplomacia, y esa fue su propia destrucción, carecía de la sutileza y de la finura de tener estirpe, porque se le subió el poder a la cabeza y en ese sentido no estaba preparado para ejercerlo.

Y recuerden que cuando uno lee un libro, o una revista, o un periódico, o un artículo, o hasta una frase profunda, uno no volverá a ser el mismo, lo digo por experiencia, porque la experiencia no se improvisa.

Por José Antonio Támara León.

El Escribidor de La Loma del Diamante.