Cuento: Jazmín...
Jazmín
Quién pensaría que Jazmín, cuando nació, iba a sufrir tanto en
la vida, cuando sus padres y algunos de sus hermanos la vieron por primera vez
recién nacida, un ser inocente que llegó a este mundo sin haberle hecho mal a
ninguno. Quién pensaría que Jazmín a la edad de un año pasaría en un futuro
tantas peripecias. Quién pensaría que Jazmín cuando empezó a caminar y a
pronunciar sus primeras palabras, andaría por caminos peligrosos para su ser.
Quién pensaría que Jazmín a la edad de tres años cuando hablaba mucho mejor, en
el futuro le tocaría ganarse el pan haciendo cosas que estaban en contra de su
propia voluntad y tan sólo para sobrevivir en este mundo macabro.
Jazmín, que en su niñez observaba la vida como todo niño la
observa, con ternura y mucha ilusión, sin maldad alguna, con una inocencia
total, contemplando todas las maravillas de la existencia, los árboles, los
pájaros, el cielo y las nubes pasar, el río, los ancianos que eran su
curiosidad. Ignorando Jazmín que existía una gran maldad en su entorno, pero
Jazmín no tenía porqué saber esto, porque los seres humanos no nacemos para la
infelicidad, nacemos para ser felices, y de niños, queremos vivir con mucha
ilusión en el mundo que apenas estamos descubriendo. ¿Era acaso culpable Jazmín
del conflicto interno de su entorno? ¿Estaba acaso Jazmín pagando alguna deuda
por nacer? ¡El mundo en esta vida es despiadado!
Quién pensaría que Jazmín quedaría huérfana de padre a la edad
de apenas cinco años, y que además de eso presenciaría su muerte, una terrible
y horrorifica escena que la marcaría durante mucho tiempo, un escenario nefasto
donde un hombre había sido acribillado por fuerzas desconocidas. Pero, en su
momento Jazmín no podía entender esto, solamente la salvaba su inocencia, su
ingenuidad de niña, que a pesar de ver tan espeluznante espectáculo, seguía
normal mientras el tiempo le iba enseñando asimilar que había sido una masacre,
lo cual se convertiría luego en un trauma.
Quién pensaría que luego Jazmín quedaría huérfana de madre. Pero
que Jazmín, aún seguía siendo salvada por la ingenuidad que tenemos todos
cuando somos niños, pero que con el paso del tiempo sentimos el rigor de haber
quedado huérfanos de padres. De ver tantos núcleos familiares, padre, madre,
hijos, ¿y Jazmín? ¿Qué podría preguntarse al ver que no era su misma condición?
¿Quién le respondería por qué Jazmín no podía ser igual de feliz con sus
padres? Esto, seguiría marcando durante mucho tiempo a Jazmín, que a pesar de
tener todos estos pensamientos ardientes, también en el transcurso de su niñez
pudo encontrar una figura protectora, a pesar de estar prácticamente
desprotegida.
Pero, quién se haría cargo de Jazmín durante su niñez, ¿sus
parientes? Aquellos que la considerarían o la tratarían como un estorbo que
tocaba cuidar porque llevaba su misma sangre en las venas. Pero qué precio
debía pagar Jazmín para que cuidaran de su niñez, ser la sirvienta de Raimundo
y todo el mundo, a la que le tocaba hacer los mandados, a la que le tocaba
levantarse temprano todos los días para barrer y trapear, para cocinar, y ser
la que tenía el peor plato de comida diariamente, y que tenía que lavar la ropa
de otros. Mientras que otros eran consentidos con suma gracia. ¿Por qué tanto
odio hacia Jazmín? Si apenas el único pecado que había cometido fue venir a
esta vida. Qué mal había cometido Jazmín para ser abusada por uno de sus
parientes. Ninguno. ¿Acaso fue una manera de enseñar? No lo creo, porque un
maestro enseña, y deja una huella positiva en un ser, al que le da todo su
amor. ¿Acaso le estaban cobrando el pan diario? Definitivamente Jazmín se ganó
la vida con su sudor desde niña. ¿Por qué no hubo nadie que la adoptara
considerándola su hija y no una sirvienta?
¿Por qué tienen que existir estos casos en este mundo? ¿Es acaso
este el propósito de la vida? Dónde estaban los protectores de la infancia, por
qué eran tan tarados sus familiares, ¿acaso no se daban cuenta el daño que le
hacían a una criatura, a un tesoro maravilloso, a un ser inocente con ganas de
ser feliz, con mucha ilusión, que no tenía aún la más mínima idea de maldad?
Sin embargo, el corazón de Jazmín era tan fuerte, que logró sobrevivir a esta
etapa de su vida, encontrando seres de luz que la defendían de injustas
actitudes por parte de sus parientes opresores, esto le daba respiro, y por eso
Jazmín logró superar un poco esta etapa de su vida, quemándola, para luego
incursionar en los caminos de la adolescencia.
Empezó Jazmín a quemar la etapa de la niñez, sintiendo cada día
más atracción por su sexo opuesto, debido a todo el cambio hormonal que en ella
se producía. Esto hacía que empezara a perder su inocencia de niña, empezara a
expandir sus pensamientos de libertad, a dilucidar el por qué tanta opresión
hacia ella, que más que quererla proteger, la estaban reprimiendo de la vida.
Fue cuando Jazmín empezó a volverse rebelde, a querer buscar otros horizontes
que la hicieran olvidar de aquel yugo macabro, donde estaban amputando su
espíritu, aunque la estuvieran llevando de la mano a una iglesia protestante,
donde tergiversan el sentido de la religiosidad de manera extrema, esa
radicalidad que el patriarcado inculcado también por algunas matriarcas, coarta
de la libertad. Para conservar el supuesto orden, la supuesta moral, la
supuesta ética que se vuelve en lo más dictatorial para un ser humano,
frustrándolo de cierta manera, aprisionándolo en un mundo que come del qué
dirán.
No dejaban tener novio a Jazmín, no la dejaban sentir, expresar
sus emociones propias de un ser humano, no la dejaban ir a fiestas, ¿por qué le
hacían todo esto a Jazmín? ¿Acaso no se conformaban con que la vida la hubiera
dejado huérfana? ¿Por qué querían coartar su felicidad? ¿Acaso la querían tener
toda la vida como una empleada de servicio, una esclava del sistema? Sin
embargo, del sistema es muy díficil escapar.
¿Acaso ellos no amaban o amaron? Les parecía demoníaco que
Jazmín despertara en su ser el amor por un hombre. Pero los días y las noches
pasan, ya Jazmín no es la criatura a la cual pudieron brindar amor, enseñar
coherentemente, para que creciera como persona y, sin tantos traumas. Ahora
Jazmín es una adolescente, que decide rebelarse e irse, en aquel instante con
un desconocido, pero una luz universal ilumina a uno de sus parientes, a una
parienta, que decide sacarla del pueblo para llevarla a la ciudad. Y tratar de
brindar a Jazmín el amor que de niña no pudo encontrar en su familia. Su vida
empieza a dar un giro, ahora parece que Jazmín es un poco más libre, sin
embargo todavía queda el toque de la niña ingenua, no porque ella sea tonta, lo
que pasa es que tiene un gran corazón, y piensa que el resto de la humanidad
también lo tiene, porque no es mala, y le quedan todavía algunos resabios de la
niñez, todavía continúa su ilusión, su deseo de ser feliz, de tener todo lo que
en la niñez no tuvo, para así poder llenar ese gran espacio vacío que tiene en
su espíritu. Ella todavía no comprende que su espíritu está hecho pedazos,
solamente lo siente, y lo interpreta tratando de encontrar alguien que le dé
felicidad, una figura, un logos que penetre toda su psiquis, y la llene.
Ahora Jazmín estudia, pero también trabaja con su parienta,
tiene otra manera de vestir, la ciudad es mucho más grande que el pueblo, su
dialecto es mucho más amplio, la ciudad resulta romper con ciertos paradigmas
de cierta manera, Jazmín es inteligente, pero le falta muchísima sagacidad,
está en la vida, está aprendiendo, ha tropezado, pero se ha levantado. Jazmín
cree haberse enamorado, conoce a un hombre, es su primer novio oficial, el
primero que le dejan tener en toda su existencia, a punto de cumplir los
diecinueve años de edad. Cree que el hombre la ama de la misma forma, pero es
prácticamente un veterano de más de treinta años, y logra obtener lo que todo
hombre insensato desearía obtener de una mujer que demuestra morirse de amor
por él. Entonces Jazmín pierde su virginidad, empieza a experimentar con los
días que ha entrado a otra etapa de la vida, desde ese momento se da cuenta que
ha comido del fruto prohibido, por eso su ingenuidad bella de niña se esfuma,
para así empezar a sentirse mujer, y sentir un hombre en sus brazos durante
algún tiempo, hasta que descubre que el hombre es casado y que ella es su
amante. ¿Será que la vida a Jazmín le está haciendo alguna broma de muy mal
gusto? ¿Cuál fue el pecado de Jazmín? ¿Acaso la ingenuidad o tener un corazón
puro es malo? Pero Jazmín no podía comprender porqué la vida era así con ella.
Ella decide no verlo nunca más, su parienta no quiere ver
tampoco a ese tipo ni en pintura. Jazmín empieza a tener conflictos internos y
externos, internos porque la experiencia sexual la hizo desear más a su sexo
opuesto, no por querer acostarse con todo hombre, sino, por querer encontrar a
un hombre que fuera para ella y ella para él, el amor verdadero. Porque ella
siempre ha soñado con ser feliz, teniendo una figura que la haga sentir feliz,
donde ella sienta que ama a esa persona, y que ese amor sea recíproco. Pero los
problemas externos, son casi los mismos que tuvo en el pueblo, siendo estos más
livianos, con la diferencia que Jazmín ya tenía más criterio, además de ser
mayor de edad, y no quería seguir viviendo reprimida y recibiendo órdenes.
Quizás sus parientes quisieron lo mejor para ella, pero no supieron inculcarle
ese querer y la hicieron sentir oprimida. Quizás Jazmín no podía entenderlos en
aquel momento, sin embargo la dejaron seguir un rumbo desconocido para ella
esta vez, para que aprendiera por experiencia propia, las peripecias de la
vida, el tiempo daría la razón, y la razón, se las daría a ambas partes. Así
que Jazmín decidió marcharse por el mundo.
A Jazmín le tocó dormir algunas noches en la calle. Le tocó
dejarse manosear para poder sobrevivir, para conseguir un plato de comida. En
la calle conoció algunas personas. Andaba buscando trabajo, lo conseguía, y lo
perdía, y así sucesivamente. Trabajó en restaurantes, en casas de familia donde
podía quedarse a dormir, pero con el tiempo la despedían. Logró encontrar
alguna vez una habitación donde quedarse, ella la pagaba con su sudor, también
estudiaba y logró terminar su bachillerato, porque tenía esa idea del estudio,
de seguir adelante, a pesar. Pero tenía también malas andanzas, se metía por
barrios peligrosos donde solamente encontraba malandros, aunque también encontraba
personas de bien, personas con otra perspectiva de la vida, amantes del arte.
Empezó a fumar marihuana, y a venderla, pero algo peor que eso: empezó también
a meter cocaína. Jazmín estaba experimentando la vida, viviendo el lado oscuro
de ésta. Quería ser aceptada, y en ese gremio donde anduvo por algún tiempo,
fue aceptada, porque también anduvo con jóvenes que tenían quizá los mismos
problemas, quizás los mismos conflictos, y solamente esos jóvenes podían
comprenderla mejor. Ella cada día se rebeldizaba más. También tenía relaciones
esporádicas, porque eso la hacía sentir una mujer madura, estaba convencida de
eso, pero no juzguemos a Jazmín, qué se podría esperar de una niña que nunca
recibió una orientación amorosa, qué se podría esperar de un ser que en su
niñez solamente recibió maltratos y humillaciones. Ahora Jazmín parecía estar
en el lugar correcto, ahora tenía una aparente libertad, parecía ser
independiente. Y en esas andanzas Jazmín, una vez más, era abusada por varios
hombres. ¿Qué castigo estaba pagando Jazmín si prácticamente nunca había sido
feliz? ¿Acaso sus padres cometieron algún grave pecado y ese castigo cayó sobre
Jazmín? ¿Acaso es cierto aquello que dice la Biblia que por los errores de los
padres pagan sus hijos? Sin embargo, en Jazmín seguía un poco de inocencia de
la niñez, y era eso lo que la seguía salvando, porque no perdía la ilusión de
ser feliz y de seguir adelante, nunca dejó de soñar. Estaba en la vida, en la
parte amarga de la vida, estaba aprendiendo.
Jazmín logra conseguir empleo en un hotel, allí donde se
hospedan muchos peregrinos, era una recepcionista. Y en uno de esos tantos días
llega un peregrino que se fija en ella, y una vez más Jazmín se convence de que
esta vez llegó el amor verdadero a su vida. Entonces el peregrino la indaga,
ella también muestra interés, no hablaba muy bien el español, y ella le ayuda a
mejorarlo, luego, se enamoran ambos, por primera vez siente Jazmín que hay un
hombre que la ama de verdad, y que ella también ama, porque no sintió lo mismo
con los anteriores, solo querían su cuerpo, y la trataron como un objeto. Pero
como muchos peregrinos que llegan a este país, era también uno de esos que
consumía cocaína, entre otras drogas, y Jazmín consumía con él. Así que este
peregrino se encariña con ella, salen, viven una plena intimidad, la ayuda
económicamente durante su estadía, también le enseña que puede ser amada de
verdad. Por eso Jazmín ve en él una figura protectora, una persona que le
genera confianza, y que también parece amarla, pero él necesita seguir
viajando, y quiere culminar su propósito viandante para volver a regresar por
ella; Jazmín no puede creer que vaya a quedar desamparada una vez más en la
vida, porque aquel peregrino se convirtió en su protector y pareja durante tres
meses, y de cierta manera le enseñó el amor, porque eso es lo que a Jazmín le
negaron durante mucho tiempo: amor. Entonces el peregrino se marcha con la
intención de volver y de estar en comunicación constante, le deja dinero a
Jazmín, una gran cantidad para que se defienda mientras él no esté, pero pasan
tres meses y a Jazmín se le acaba el dinero, no halla que hacer, una vez más
queda desamparada, y el desamparo es el miedo, el fantasma que a Jazmín más la
atormenta.
Jazmín ya no trabaja en el hotel, no tiene recursos, por ende,
no tiene para pagar el arriendo de la habitación, no tiene para comer, ni
siquiera para comprar la marihuana que la tranquiliza. Así que ella toma la
determinación de entrar a un lugar totalmente equivocado para ella, lo más
fácil en ese momento, el empleo más pusilánime que pueda conseguir una mujer
hermosa y bella, una mujer desesperada, pero con rebeldía y un poco de delirio
de grandeza debido a su condición de vulnerabilidad, delirio que de cierta
manera la protege, sin embargo Jazmín sigue llena de miedo, de pavor, y se
atreve hacer algo que siempre estuvo en contra de su voluntad. Así que Jazmín
entra a trabajar en un prostíbulo. ¿Acaso es justo que un ser humano de noble
espíritu termine en un lugar como este porque el sistema es un sistema macabro?
¿Acaso no era suficiente con que Jazmín quedara huérfana de padre? ¿Por qué la
vida castigó tanto a Jazmín si su único pecado fue nacer?
En aquel lugar Jazmín se sentía confundida, era un lugar muy
oscuro metafóricamente hablando. Pero más allá de querer encontrar un empleo
para subsistir, también guardaba la esperanza de encontrar en ese lugar un
hombre que pudiera amarla, pero que ella también pudiera amar. Y durante esa
trayectoria llegaron hombres sucios, que la trataron como cualquier cosa, como
cualquier objeto que había nacido para satisfacer a los hombres. Pero era
entendible que Jazmín no pudiera entender por qué esos hombres actuaban
bruscamente para con las mujeres, no estaba todavía en capacidad para
comprender este asunto. Por eso Jazmín se sentía sucia, haciendo lo que no era
para ella. En aquel bar un trabajador del mismo, vivía enamorado de ella,
porque veía en sus ojos mucha ternura y también confusión, este hombre pudo
protegerla en varias circunstancias. Así que Jazmín quiere tomar prontamente la
decisión de salirse de aquel prostíbulo, para conseguir un trabajo más digno. Y
en el transcurso de pensar y de tomar esa determinación, en aquel lugar llega
un hombre, que la observa, y la contacta.
En aquel momento Jazmín tiene veinte años de edad
aproximadamente. Pero, quién es el hombre que la observa, y que luego le pide
el contacto. Es un hombre que tiene más de veinte años mayor que ella, un
burócrata con un puesto adquirido por política, que tiene un buen salario, y
que además puede emplear a Jazmín. En ese momento, parece que la vida de Jazmín
dará otro giro todavía más grande. En el instante ella sospecha que el tipo
tiene un buen cargo, porque va escoltado y tiene un carro que pertenece al
Estado. Así que el tipo la contacta en otro lugar, le muestra interés, le
comenta a qué se dedica, y Jazmín, aún un poco rebelde, contesta con un poco de
agresividad, porque todavía no tiene buen léxico, todavía está a la ofensiva,
usando este método como sistema de defensa. La calle le ha enseñado un poco,
pero tan sólo tiene veinte años aproximadamente y está convencida de sabérselas
todas. Sin embargo, pasan los días y durante todos esos días Jazmín pasa con
aquel hombre, que le brinda techo, comida, y dinero por estar con él. Jazmín no
tiene a dónde ir, y todo esto lo hace para sobrevivir, además que también
estaba necesitando empleo. Lo bueno, es que Jazmín ya no está en aquel
prostíbulo, esa vida ha quedado atrás.
El tipo se encariña con Jazmín durante aquellos días, porque en
poco tiempo tendría que entregar el cargo que ostentaba, y le había prometido
un empleo, que de hecho, cumplió. Esta vez, de cierta manera, la vida le estaba
cambiando, estaba trabajando en una Institución del Estado, con un salario
digno de cierta manera. Aquel hombre le había abierto otras puertas,
mostrándole otros horizontes. Así que llegaron los días y el tipo ya tenía que
marcharse para su región, una vez más quedaba Jazmín sin una figura protectora,
pero tendría empleo por algunos meses.
Pasado algunos días, empieza a experimentar Jazmín mareos, va al
médico, y Jazmín descubre que está embarazada. ¿Quién podría ser el padre de
aquella criatura? Solamente aquella persona con la cual no se protegió, por eso
ella llama aquel hombre que la sacó de aquel prostíbulo, le dice que la engañó
diciéndole que no podía tener hijos. Ya que ella todavía guardaba la esperanza
de que aquel peregrino regresara por ella, porque era al hombre que de verdad
amaba. Y con éste otro solamente estaba tratando de sobrevivir. Quizás en el
momento se le ocurra abortar a Jazmín, pero el hombre considera lo contrario,
así que ella ve una oportunidad para no seguir pasando necesidades económicas,
porque ella también considera que mientras espera aquel peregrino que quién
sabe cuándo volverá, ella pasaría hambre, porque el empleo que le había dejado
aquel burócrata no sería para toda la vida. Entonces Jazmín considera tener la
criatura, por todo aquello que le ofrecen. Y aquel hombre empieza a darle
instrucciones, le envía dinero para que viaje hasta su región, una ciudad del
Caribe de este país. Jazmín se enfrentaría ahora con una cultura totalmente
ajena a ella, que al principio no podría entender, pero que con el tiempo se
acostumbraría hasta casi apropiarse de la región.
Jazmín alumbra, es una hermosa criatura muy parecida a ella,
aquel hombre se siente feliz de tener otro hijo. Y por circunstancias de la
vida, Jazmín se hizo su mujer. Sin embargo, con el paso de algún tiempo, ella
no se sentía plena, no estaba con el hombre que amaba, pero del cual se sentía
agradecida. A su vez también frustrada, porque económicamente dependía de una
persona, que le daba techo, comida y salud, recordando aquel pasado cuando sus
parientes la tenían como una sirvienta. ¿Cree usted que Jazmín ha sido feliz? Quizás
por momentos. Así que el niño fue creciendo, y ella debía andar con su marido
mucho mayor que ella para las tertulias a las que él asistía. Allá donde iban
personajes políticos de la ciudad, y que tocaban temas que no eran del interés
de Jazmín, por eso empezaba a sentirse reprimida una vez más, empezaba a
experimentar esa sensación del pasado que no la dejaba vivir en paz, ahí donde
era sometida. Pero, Jazmín amaba a su hijo, tenía una razón para existir y para
seguir adelante.
Ella siempre quiso estudiar, era algo que no olvidaba realizar:
estudiar. Así que entró a estudiar algo totalmente de su interés a una
Universidad, por eso se inclinó por el arte. En la Universidad conoce a muchas
personas que le muestran una perspectiva de la vida más sana de cierta manera,
porque ya no es un prostíbulo. Jazmín ahora siente que sus sueños se hacen
realidad. Pero no deja de fumar marihuana, y de encontrar personas a las que
les gusta también la cocaína. Ella combina estas sustancias con el estudio. De
cierta manera se hace más rebelde, se siente sometida por su marido, mucho
mayor que ella, y ahora ella en la Universidad donde conoce a otros jóvenes por
los cuales siente atracción. Sin embargo ella continúa leal a su marido, al que
quiere, pero que no ama como él la ama a ella. Su marido descubre su consumo,
que está muy desatinada, esto se convierte en un problema, la relación se
detrimenta cada día más, sus amigos son muchos jóvenes inmaduros que ella
considera sabios porque fuman marihuana y meten cocaína, porque andan en
fiestas y van a todos los eventos de la ciudad, y Jazmín siente que se le está
yendo la vida con un señor, que quizás la descuidó, y que por eso ella lo
traicionó con otro hombre. Pero, ¿será eso traición? ¿Será que se puede
traicionar alguien a quien no se ama? No, Jazmín se enamoró de otro hombre, por
el cual no sentía ningún agradecimiento, sino que un deseo de mujer, el deseo
que su marido hecho por las circunstancias no lograba llenar porque no existía
un verdadero amor, la reciprocidad que debe existir sentimentalmente en una
pareja.
Su marido descubre esta supuesta traición. Le duele, pero luego
no puede llevar esta carga, y lo más sensato que hace es separarse de ella.
Jazmín queda una vez más desamparada, porque ni siquiera aquel nuevo novio la
quiere, y le da la espalda. ¿Dónde está la sagacidad de Jazmín? ¿Dónde queda su
madurez? Se da cuenta que no se las sabe todas como ella pensaba. ¿Pero acaso
hay que juzgarla por eso? No. Jazmín tiene resabios del pasado, todavía no
logra superar los karmas y traumas que la marcaron. Y su ex-marido, a pesar de
su sapiencia, no ha logrado del todo hacerle entender a Jazmín que la vida no
es como parece. Así es como ella ha aprendido, con los golpes de la vida. Y no
es culpable de eso. Porque el problema de Jazmín tiene una raíz muy profunda
que muy pronto se podrá desarraigar.
Jazmín entra en depresión, su ex-marido también, el cual
enferma, pero logra superar la crisis de salud, y esto con la ayuda de la misma
Jazmín. La estima, porque conoce la historia de Jazmín desde su niñez, y trata
de comprenderla, además, es la madre de su hijo. Él la perdona, pero no regresa
con ella, solamente trata de no romper el vínculo, ella se muestra interesada
en seguir adelante. Vuelve a conocer un hombre y piensa que ese sí es Jesús
Cristo, que ese es el hombre que va luchar con ella a su lado. Porque Jazmín
tiene un problema muy grave, y es que piensa encontrar al príncipe azúl, y
cuando siente atracción por alguien, ella se convence que el destino se lo puso
en el camino por algo, y se siente tan segura, que piensa que es el hombre que
le ayudará a resolver todos los problemas habidos y por haber. Tendría que ser
un hombre que la llegue a querer con demasia. Entonces Jazmín conoce a este
hombre, pero es un hombre irresponsable, que no es responsable ni de sí mismo,
y también consume cocaína con Jazmín. Lo que uno logra analizar, es que su
ingenuidad de niña no ha muerto, sigue intacta, porque todavía vive llena de
ilusión y de ternura. Su orgullo es un orgullo falso donde se intenta ocultar,
porque piensa que así se protege, pero es quebradiza, no deja de ser débil
Jazmín, y su debilidad radica en que Jazmín no ha dejado de ser sumisa aunque
no quiera, esa sumisión exagerada que le inculcaron en el pasado, por eso no logra
ser totalmente independiente en diversos sentidos. Además, porque trata de
mantener la estabilidad que no tuvo antes, por lo menos en este momento la
tiene un poco. La relación con este nuevo hombre es un fracaso, daña su salud
física y mental, pero ella se vuelve a levantar. Tiene un proyecto recién
empezado, se gradúa de la Universidad, pero no deja de consumir drogas, porque
las drogas se convierten en esa figura protectora que desea tener, que la
entienda y comprenda. Y la droga se transforma en uno de sus mayores obstáculos
para triunfar. La cual tampoco le permite pensar con claridad. De la cual aún
no puede, ni tiene la voluntad para escapar.
Jazmín tiene aproximadamente tres décadas. Ha tenido varios
romances desde entonces, creyendo encontrar al príncipe azúl en cada uno. Pero
Jazmín tiene un orgullo falso con algunos, porque quiere una estabilidad
emocional, pero piensa que también quieren hacerle daño, o abusar de ella, o de
su integridad. Algunos seguramente la quisieron, pero tampoco estaban obligados
a lidiar con sus traumas, cada quien trata de proteger su salud mental, y no es
egoísmo. Además de que Jazmín no se dejaba ayudar, y aquellos hombres tampoco
estaban preparados para comprenderla. Muchos de estos hombres, o casi todos
eran consumidores de cocaína, qué podría encontrar Jazmín si seguía en un
círculo vicioso que no la dejaría trascender, nada. Relaciones tóxicas que
solamente le aportan el consumo de drogas. Y que debido al proyecto de vida de
Jazmín, que de cierta manera tiene una estabilidad, ellos creen que ella tiene
dinero, pero desconocen el pasado de Jazmín, aunque Jazmín se los cuenta a
algunos, pero no les interesa, ellos también tienen miedos y fantasmas. El
hombre que la sacó de su antigua vida todavía la visita, le aconseja, y tiene
que soportar los conflictos internos de ella, ella quiere un hombre que la
comprenda, que deshilvane todas sus neurosis, y se las saque de la cabeza. Hace
algún tiempo conoce a un muchacho que la observa, amigo de sus amigos, y la
observa no con la intención de deseo, le parece interesante, pero no le
interesa como mujer. Jazmín durante ese tiempo logra analizar que la observa, y
ella también. Una conocida de Jazmín le dice a aquel muchacho que Jazmín está
interesada en él, él guarda silencio, pero sigue saludando a Jazmín, solamente
quiere su amistad, e indagar su proyecto, sin ninguna intención de robarle su
idea, porque este es un muchacho con ideas al desborde.
Todos los días está aquel muchacho enigmático en un rincón de la
ciudad, hablando temas de interés general con un anciano. Jazmín pasa y pasa
todos aquellos días y noches. Hasta que un día aquel muchacho le presenta al
anciano, un artista reconocido en la ciudad, con el objetivo de relacionarla
con grandes pensadores. El nombre de este muchacho es: Prisciliano.
Desde entonces la relación de Jazmín se estrecha con la de
Prisciliano. Y él solamente conoce la parte positiva de Jazmín que es su
proyecto de vida, hasta que una noche ella le cuenta al anciano y a Prisciliano
su pasado oscuro. Ellos la escuchan con atención, y llegan a conocer que Jazmín
tiene muchos conflictos internos y lucha diariamente y nochemente con ellos.
Pero Jazmín no solamente quiere a Prisciliano para una amistad, ella quiere
hacerlo su protector, su pareja. Pero, ¿Quién es Prisciliano? Un hombre que se
ha dado el lujo de rechazar a docenas de mujeres. Un hombre que a veces tiene
relaciones esporádicas con hermosas mujeres. Un Escritor, un Poeta, un
Filósofo, un activista social, un personaje de la ciudad conocido por la élite
y no élite, que no tiene un gran salario, que el dinero le parece una mentira,
una farsa, que más allá de las cosas materiales prefiere las espirituales. Un
tipo que no gusta del sistema, y que lo quiere acabar si es posible. Un hombre
que su único compromiso es con él mismo, un intelectual que no se amarga la
vida, que se deshace de cargas, que le encanta la tertulia, que le encanta
leer, que escucha música, que lleva una vida sabrosa de cierta manera, de buena
apariencia, y no solamente su fisonomía es arrolladora, no, a la gente, más
allá de su apariencia, la enamora es su discurso. Y a Jazmín le parece el tipo
ideal que ella busca, pero lastimosamente Jazmín no es el tipo de mujer que
Prisciliano espera y la rechaza.
Entonces Jazmín sufre una desilusión, porque ya ella se estaba
pintando pajaritos en el cielo con Prisciliano, el joven interesante que
inspira hasta a los ancianos. Y Prisciliano se dice dentro de sí que Jazmín es
ambiciosa, solamente con tener la idea de pretender conquistarlo demuestra su
ambición. Así que Prisciliano medita y sufre un déjavù, un mensaje del más
allá, que le dice que ha llegado el momento de poner en práctica todos sus
conocimientos, para ayudar a sacar a esta mujer de su abismo mental. Quizás él
siente un poco de lástima, pero también un poco de admiración.
Así que se reúne con el anciano, le dice que hay que ayudar a
Jazmín, y el anciano le dice: “Te vas a meter en esa vaca loca." Y
Prisciliano contesta: “Sería interesante." Y el anciano dice: “Sería una
buena obra, quédate con ella." Es un reto para él mismo, para probar todas
sus capacidades. Entonces, acepta a Jazmín y para ella fue como haberse ganado
la gloria. Entonces sale con Jazmín, quizás solamente sería una noche, o algo
que no ocasionara ningún apego, pero Prisciliano descubre en Jazmín algo que no
descubre con otras mujeres, observa sus ojos, su proyecto, su ilusión, su
ternura, sus ganas de crecer, su gran interés por olvidar el pasado, esa niña
que todavía sigue viva en una gran mujer. Y se pregunta, que cómo puede ser
posible que ella meta cocaína, teniendo tanta ilusión, tantas metas trazadas.
Luego, más allá de sus ojos, descubre su cuerpo, su alma y su espíritu, su
entrega, de cierta manera él es un clarividente del ser humano, que logra
penetrar hasta su corazón. Pero Prisciliano tiene claro a todo lo que se
enfrentará, es decir, cuando todos los conflictos internos de Jazmín empiecen a
salir, lo que a Jazmín también le causa miedo, porque piensa que él podría
marcharse si ella llega a tener un comportamiento agresivo, y de cierta manera
este pensamiento en Jazmín ayuda a Prisciliano a llevar su método con mejor
fluidez.
¿Qué método pretendía usar Prisciliano para sacar a Jazmín de
esa mentalidad equívoca?: El amor. Pero era necesario decir las palabras
apropiadas y certeras que pusieran a reflexionar a Jazmín. Prisciliano vive en
un constante debate con Jazmín, él entiende que ella cree que él le hará daño,
está traumatizada, tiene paranoia y se protege, pero en cada argumento de
Jazmín, él la desbarata, y ella se siente impotente porque no logra
contrarrestar su capacidad, entonces se pone histérica, lo echa, lo insulta,
pero él sabe el porqué de su actuación, Prisciliano le dice las verdades que
nadie nunca le ha dicho, pero de una manera elocuente, y ella piensa que él la
está insultando, pero todo eso hace parte del teatro y del drama que hace
siempre Jazmín, es un resabio de ella, y él comprende esto, por eso le dice
palabras concretas, no solamente le dice que hace drama, sino que le explica el
porqué hace el drama, le dice que sea sensata con ella misma, que no se
autoengañe. Ella piensa terminar con él, y lo dice como si fuera una amenaza,
como si fuera la única mujer, él le dice que quiere buscar otro, porque ya está
acostumbrada a eso, pero que le hable claro, que en eso no hay ningún problema,
Prisciliano siempre le da donde es con la palabra, entiende un poco la
psicología, y ella se siente descubierta, siente que engaña y se autoengaña.
Entonces mete a su hijo como argumento, entonces él dice que si ahora se dio
cuenta que tiene hijo, que su hijo es la excusa más hipócrita que tiene para
ella poder seguir en su sinvergüenzura, pero que en verdad no lo quiere, él
también hace su actuación. Estas palabras la penetran, son duras las palabras,
pero cuando se habla con dureza y precisión, las personas entienden mejor,
porque a la humanidad confundida hay que decirles las cosas como son, de manera
apropiada. Discuten y discuten durante horas, a Prisciliano le parece
interesante, pero desgastante, se apacigua el momento y hacen el amor. Esto se
repite y repite con constancia, él sabe que entre más la escuche, mejor podrá
descubrir qué es lo que quiere en verdad Jazmín. Otro método es la paciencia,
él debe tener mucha paciencia para poder perseverar y lograr su cometido, que
es que Jazmín reflexione más con cada palabra bien dicha, aunque sea una
palabra que parezca insultarla, es una palabra bien dicha. Jazmín empieza a
ofenderlo, y le dice inmaduro porque no es esclavo del sistema, entonces Prisciliano
le responde con preguntas: “¿Será que es madurez meter cocaína, sabiendo todo
el daño que produce la cocaína? ¿Será madurez no valorarse como mujer y creer
que buscar hombres para el rato es ser maduro? ¿Será madurez confundir libertad
con libertinaje? ¿Será madurez mentir para sacar provecho de algo? ¿Será
madurez fumar cigarrillo sabiendo que me destruyo lentamente? ¿Será madurez
depender de la marihuana para estar tranquilo? No, eso no es madurez. Yo soy
maduro, y tú eres una inmadura." Esto penetra la mente de Jazmín, nunca le
habían dicho inmadura, y Prisciliano comprendía que ella le decía inmaduro,
porque pensaba que así se sentiría superior a él. Entonces él era la antítesis,
y siempre fue su antítesis, pero una antítesis mordaz, con una locuaz sátira,
una antítesis no para hacerla sentir chiquita, sino para ponerla a reflexionar,
tratando él de convertirse en su espejo, para que ella se pudiese observar
mejor.
Ella le habla de la realidad, y Prisciliano le pregunta con
filosofía: “¿Qué es la realidad?" Esta pregunta resulta ser un muro mental
para ella, porque nunca le preguntaron qué es la realidad. Ella piensa que la
realidad de todo ser humano es como la realidad que ella vive, entonces
descubre que todos tenemos distinta realidad, que cada quien es dueño de sus
problemas, pero Jazmín es inteligente, y la coge rápido, solamente necesita una
verdadera orientación. Le dice a Prisciliano que a él no le gusta trabajar,
porque no obtiene la cantidad de dinero como los que van todos los fines de semana
a los centros comerciales y gastan por montón. Por eso, él entiende que ella
está un poco absorbida por el sistema aunque lo niegue con su proyecto, por eso
él le hace otras preguntas: "¿Qué es el éxito? ¿Ganar mucho dinero y
gastarlo? ¿Acaso el éxito es tener para pagar todos los servicios públicos?
¿Acaso el éxito es trabajar para pagar todos los gastos de la ciudad y vivir
esclavizados y luego nos endulcen el oído diciéndonos que somos buenas personas
por esto? ¡Huyamos al campo y sembremos nuestro propio alimento! ¿Cuál será el
éxito para los ascetas?" Jazmín casi que nunca había tenido este tipo de
conversaciones que la pusieran a pensar. Quizás el hombre que la sacó de su
antigua vida le enseñó, pero era un hombre más absorbido por el sistema que hasta
ella misma, tanto, que hacía parte de la burocracia. Entonces, cómo podía
orientar a Jazmín, no podía enseñarle a pensar, porque cuando Jazmín empezara a
pensar, se le iría de sus manos.
Con el paso del tiempo, ellos viven en conflictos, porque Jazmín
es muy conflictiva. Ha dejado la cocaína, ha dejado de andar con personas que
le brindan cocaína, y Prisciliano le pregunta: "¿Será que un verdadero
amigo le brinda a uno cocaína? ¿Será que un verdadero amigo lo induce a fiestas
sabiendo que tiene serias responsabilidades? ¿Será que un verdadero amigo lo
ayuda a uno por interés? No." Prisciliano le responde todo con preguntas,
porque sabe que las preguntas bien dichas ponen a reflexionar al ser humano.
Porque esos son "amigos" que quieren que giren a su alrededor, y ella
quería hacer lo mismo con Prisciliano, que él girara a su alrededor, ella le
repite una palabra que Prisciliano en toda su sabiduría desconocía: ego. Ella
vive repitiendo esa palabra, y a él nunca le interesó conocerla. Jazmín tiene
un problema tremendo con la palabra ego, es una palabra que la atormenta,
porque el ego es aún su espejo, pero es un falso ego, es una manera de
supuestamente protegerse, ella cree comprender esta palabra, pero si la
comprendiera, ni siquiera pensaría en esa palabra, por eso Prisciliano le dice
que su mayor ego es: la humildad. Él es tan certero con la palabra, que con la
palabra es con la que reconstruye a Jazmín, porque penetra su ser, su espíritu,
y con la humildad desbarata todo su supuesto ego.
Jazmín quiere darse un tiempo, de hecho, ya llevan casi diez
meses, en esos diez meses Jazmín ha cambiado bastante, para bien, ha cambiado
con su hijo, con el padre de su hijo, le ha dado un mejor rumbo a su proyecto,
porque la cocaína no la dejaba pensar con mejor claridad, se ha distanciado de
la supuesta vida, que muchos creen que es vida, de las malas influencias.
Entonces le dice a Prisciliano que quiere darse un tiempo, y él le pregunta que
por qué, entonces le dice palabras concretas y ella le dice que no es por lo
que él se imagina. Entonces Jazmín con su orgullo falso trata de ofenderlo, él
sabe que lo hace a veces por sus delirios de grandeza, le dice que vio un
hombre que le gustó, pero que no le hizo nada porque pensó en él, en
Prisciliano, entonces sigue con su delirio de grandeza, él guarda silencio,
ella le dice que busque otra, pero en el fondo ella no quería que él buscara
otra, Prisciliano se da cuenta que ya Jazmín le ha aprendido sus métodos, pero
él no usó esos métodos psicológicos para destruirla, sino: para su construcción
como persona, entonces él la entiende, entiende que todavía quedan sus resabios
del pasado, uno que otro hilo por halar de aquella neurosis. Y sin buscar, esa
otra llega a él, y se acuesta con él, y luego le dice a Jazmín que estuvo con
otra, le dice todos los detalles. Definitivamente esta vez Prisciliano usó un
método macabro para hacerle ver a Jazmín que no es bueno tener falsos orgullos,
y que no hay una mejor cualidad que la humildad.
Entonces a ella le duele mucho, pero fue lo que ella le pidió,
esta circunstancia hace que ella empiece a doblegarse ante la cualidad de la
humildad, y a dejar ese falso orgullo que la tortura, que es un resabio de su
niñez debido a su trauma que está casi que superado. Luego Jazmín lo perdona,
siente que lo ama, y esta vez no se atreve a decir que se busque otra, ni
tampoco a decirle que le atrae otro hombre. Porque está aprendiendo la regla de
oro, de no hacer a otro lo que no queremos que nos hagan a nosotros. Así que
cumplen un año, Jazmín no puede creerlo, y durante todo este tiempo le ha sido
leal a él. Definitivamente, Jazmín le sigue dando más giro a su vida,
moralmente hablando, ahora entiende mejor, que la libertad no es libertinaje.
Ahora Jazmín tiene una perspectiva del mundo totalmente distinta,
y siente nostalgia porque le hubiera gustado tener el razonamiento actual en el
pasado que no supo manejar. Prisciliano ha logrado en Jazmín lo que ningún
psicologo o psiquiatra pudo lograr, lo que el padre de su hijo no pudo lograr.
Lo ha logrado Prisciliano, hacerle reflexionar en cuanto al daño que produce la
cocaína, a mirar otros horizontes más sanos. Él lleva más de dos años con ella,
ese es el tiempo que ella lleva sin consumir esta sustancia. Haber dejado la
cocaína y otros elementos le ayudó para tener más claridad en la vida, por eso
Jazmín logra organizar mejor las ideas de su proyecto, las encaja mejor, aunque
todavía no es la perfección o excelencia, pero ella ha dado un gran paso, ya
tiene las herramientas suficientes para seguir, para identificar lo correcto y
lo que no es correcto. Jazmín no solamente deja la cocaína, sino que cree más
en sí misma, porque conoce mejor la diferencia entre autoestima y orgullo,
porque la autoestima es un amor propio que se tiene cada ser humano que logra conseguir
esta cualidad, y es sana, en cambio el orgullo es algo falso, algo que también
lacera el espíritu. Creer en sí misma es un inicio para poder desarrollar
mejores cosas en la vida. Jazmín de cierta manera vive agradecida con
Prisciliano, porque lo que ha logrado en ella no tiene precio. Prisciliano
también reconoce que con Jazmín ha aprendido grandes cosas, se ha conocido
mejor a sí mismo, ha logrado conocer mejor sus debilidades y fortalezas, porque
es un tipo que observa, por ende, se observa a sí mismo.
Jazmín y Prisciliano han vivido un gran romance. Todavía
discuten pero con más dialéctica, Jazmín ha aprendido a saber escuchar y a
discutir con más tranquilidad. De cierta manera porque respeta a Prisciliano
por el amor que ella le tiene, esta ha sido una gran ventaja para él, no para
oprimirla ni para reprimirla ni para manipularla, más bien para liberarla, él
no ha usado el amor que ella le tiene a su favor, no, él ha usado el amor que
ella le tiene, pero a favor de ella misma, con el objetivo de que saliera del
abismo, y pudiera superar gran parte de su pasado.
Ahora Jazmín tiene una estabilidad económica, y esta estabilidad
económica la consigue por la estabilidad emocional. Está más centrada en su
hijo, ha madurado de cierta manera, realiza reflexiones más serias y concretas,
todavía tiene un toque de rebeldía, no es mala la rebeldía, pero la rebeldía
debe ser con causa, no sin causa, algo que ella también ha logrado, porque
antes su rebeldía era una rebeldía sin causa, por lo menos ahora tiene una
rebeldía con razón de ser, y el toque de rebeldía que le queda, es un toque de
rebeldía sin causa, que pronto logrará superar.
El padre de su hijo todavía la visita, a Prisciliano no le
molesta que sigan con el vínculo, al fin y al cabo él es un extraño, un
aparecido en la vida de Jazmín, además que es un libre pensador. Tanto así que
Prisciliano alguna vez le dijo a Jazmín que volviera con el padre de su hijo,
pero él no ha querido volver con ella. Sin embargo, al ver que Jazmín es una
mujer distinta tanto en el pensar como en el actuar, el padre de su hijo se ha
interesado nuevamente en ella, y le ha pedido volver, esto la pone en una
encrucijada, porque ama a Prisciliano, pero se siente agradecida con el padre
de su hijo, entonces ella le cuenta a Prisciliano, por un instante él se
molesta, pero después recuerda que una vez le dijo que volviera con él.
Prisciliano se ha encariñado con Jazmín, también la ama, y esto lo pone a
pensar, soltarla sería sensato, él sabe que se puede enamorar de otra mujer, ya
que no es la primera vez que se enamora y que se desenamora. Aunque Jazmín ha
sido su relación más duradera, ha habido un gran aprendizaje de vida. Al fin y
al cabo él quiso fue hacer una obra con Jazmín, darle un giro de casi
trescientos sesenta grados, claro está, que ya Jazmín venía labrando eso, pero
Prisciliano le dio un norte cuando tomó la dirección del barco, dándole color y
brillo a la vida de Jazmín. Para Prisciliano es gratificante lo que ha logrado
en ella, con su mente, con su psiquis, con su espíritu, se lo propuso y no
perdió el tiempo, piensa que ella tiene la fortaleza suficiente para no seguir
con él, para seguir creciendo sin su presencia, entonces le dice que buen
viento y buena mar, más de dos años juntos han sido suficientes, por ese se
retira y, dice: ¡Adiós!
Fin.
Atentamente:
El Escribidor.
Comentarios
Publicar un comentario