La guerra interna fratricida de Colombia…
La guerra interna fratricida de Colombia…
Hoy, como otros muchos días y
noches, dono mi voz para dar un grito de libertad. En este hoy eterno seguiré
gritando con constancia, como grito en las marchas, en plantones y protestas
contra los dirigentes corruptos de mierda, sin corazón. Les grito a todos esos miserables
que usurpan el poder con trampas disfrazando sus logros de democracia, la
democracia que en este puto país no existe. Todos ellos, polítiqueros,
estafadores de la verdadera política, que nos asesinan todos los días, no
solamente con las balas, sino que también con las mentiras que le venden a la población,
aprovechándose de su ignorancia para conducirlas a sus intereses particulares y
ramplones, porque son unos parásitos que se roban al Estado, y le exprimen
hasta lo último de sus entrañas.
El 9 de abril de 1948, mataron
a Jorge Eliecer Gaitán, así como antes y después de él han masacrado a grandes
líderes que piden justicia, a toda esa godarria recalcitrante y obtusa,
obnubilada por el poder que da el Estado y, queriendo ellos ser los dueños
eternos del país, como si esto se tratase de una monarquía dictatorial, o de
una finca ubicada en el departamento de Córdoba, donde se ocultan los cobardes
custodiados por una mala imitación de una Guardia de Corps. Y desde sus casi esotéricas
zonas de residencia, ordenan atentar contra nuestra patria, contra todo aquel
que denuncie su manera holgazana de operar, porque son todos ellos unas lacras
ratas de alcantarilla que dan toxoplasma gondii a los gatos.
Ellos ostentan una falsa
opulencia, pero en realidad, son todos unos traquetos que con el solo hecho de
mencionar la palabra quieren generar pánico en nuestra gente llena de miedo,
porque el miedo les invade sus espíritus vulnerables. Sin embargo, ni el
traqueteo de sus armas podrá callar nuestro grito de libertad y de justicia,
porque nuestra voz al unísono es más estrepitosa que cualquier ejército disparando
proyectiles, porque es nuestro clamor lleno de ira, contra todos esos cobardes
que tienen la cabeza vacía y únicamente para la maldad. Ellos son nimios, fútiles,
llenos de miedo y de terror, que cifran su confianza en todas las riquezas que
han obtenido con derramamiento de sangre, dolores y angustias, con sufrimientos,
pero que al final de sus días y noches todo aquello mal habido será vanidad y
un esforzase tras el viento. Por eso, debería darles vergüenza saber que todo
el dinero que gastan está lleno de amargura, y que los cadáveres claman en sus
tumbas o fosas comunes cada vez que ellos gastan ese dinero.
Me parece magnífico, haber
escogido el 9 de abril, cuando se conmemora la muerte de Gaitán, también para
hacerle un gran homenaje a las víctimas no del conflicto, sino de la guerra fratricida
en la que unos cuantos atarvanes psicópatas han sometido a la nación, por su
avaricia y codicia desmedida, canalla, parasitaria. Y como por mencionar una de
sus tantas masacres en el año 2000 en Macayepo Carmen de Bolívar, y como muchas
otras que el lector seguramente indagará, donde la Waffen-SS de la ultraderecha
colombiana, masacraba a diestra y siniestra a todo aquel que exigía sus
derechos y denunciaba sus injusticias y hurtos al erario. Así como mataron a Jaime
Garzón, cual sería hoy un candidato presidencial, de tal magnicidio no debe
quedar en el olvido ni en la impunidad. Y que tristemente hoy esa guerra deja
más de 130 mil desplazados solamente en Cartagena de Indígenas (Bolívar), a los
cuales la ley de víctimas y restitución de tierras no ha resarcido, porque este
país dirigido por la corrupción mefistofélica de unas cuantas familias plutócratas
criminales no lo ha permitido.
De José Antonio Támara León.
El Escribidor.
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