Reconstruyendo el nuevo mundo…
Reconstruyendo el nuevo mundo…
El mundo debe repensarse. La
ciencia debe reconsiderar su rol. Las enseñanzas de los verdaderos líderes
espirituales durante el transcurso de la historia deben ser sometidas a estudio.
Los seres humanos poseemos internamente una energía que nos llena de vida, es
el espíritu. El espíritu resulta ser tan real como la energía eléctrica; con la
diferencia que es el espíritu una energía mucho más pura y fina.
Pero, para entender nuestro espíritu,
primero hay que alimentarse de todo tipo de conocimiento, ya sea con la
observación, con la experiencia, con el análisis. Sin embargo, diría yo de
acuerdo a mi experiencia, de que el conocimiento se adquiere mucho más rápido con
la lectura, porque la lectura ejercita el cerebro. La mente domina nuestro espíritu,
y para eso se debe fortalecer al cerebro, además de la buena alimentación que
debe nutrirlo materialmente, también, con una buena dosis de lectura diaria,
que es la que fortalece como un músculo al cerebro, el mismo órgano que
reproduce los pensamientos, que va dando forma a la mente, lo que nuestros ancestros
han llamado: la psique.
La mente es un logos que
contiene la esencia del espíritu, y en ella él crece o se desarrolla,
exactamente en el lóbulo frontal y occipital, y desarrolla lo que los antiguos
llamaron: el tercer ojo, porque cuando éste despierta, revela cosas, con el objetivo
de hacer más conocimiento, es el mismo ojo que aparece en el logos de una pirámide,
el cual usan los masones e iluminatis, que aparece también en algunos billetes
con una leyenda bastante profunda firmemente establecida. El logos no aparece
por simple capricho de los hombres, no, se ha manifestado a quienes lo han
buscado y así se representa, por eso durante siglos muchos lo han descrito y
dibujado de esta manera, porque así es realmente, no es invento del ser humano,
así se manifiesta, porque es el nombre del Magnánimo que nos ha penetrado la
mente. Es un mensaje subliminal, realmente real, que nos hace entender que no
estamos solos, que a su vez existe una gran preocupación por nuestro destino,
porque nuestro mundo está en caos, absorbido por la avaricia y la codicia de
quienes nos han dirigido llevándonos al abismo junto con su ceguera; seguramente
ellos tendrán que arrodillarse por todo el daño causado y pedir perdón a todo
el resto de la humanidad.
El triángulo resulta ser una
forma compleja, como si fuera o actuara como portal, manteniendo en
comunicación las dimensiones, convirtiéndose uno mismo en un portal, en un
instrumento para replicar el mensaje. Funciona como nuestras antenas de
comunicación que hacen parte de nuestra nimia tecnología, que nos permiten comunicar
a través del viaje que realizan las longitudes de ondas por el espacio; de esa
misma forma actúan nuestras pirámides en Egipto y las que hicieron nuestros
ancestros aborígenes en América. Por eso uno debe escudriñar a través de
grandes lecturas, con el objetivo de entender y comprender el verdadero
significado del ojo en la punta de una pirámide triangular, que no son los
líderes opresores del mundo, ya que ellos apenas resultan ser unas moscas que
uno puede aplastar con una chancleta.
El ser humano está distraído,
hemos estado distraídos, por eso somos incrédulos, miramos horizontalmente el
mundo, la vida, pero no la observamos de manera vertical para conectarnos con
el Universo. Por eso andamos ciegos, y las cosas profundas nos parecen
absurdas. Estamos dormidos, y necesitamos despertar, para que nos repensemos a
nosotros mismos. Si cada uno de nosotros se analiza, observaremos nuestro
pasado, y nos perdonaremos a nosotros mismos, aceptándonos como hemos sido,
para no ver los errores como equivocaciones, sino, como virtudes: entonces aprenderemos
a conocernos a nosotros mismos, creando así nuestra propia revolución interna, que
terminará luego siendo la revolución colectiva del mundo que se ha repensado.
Porque el mundo actual es el reflejo de cada uno de nosotros, y si queremos que
trascienda, entonces nosotros debemos trascender, para que el mundo empiece a
ser el reflejo trascendental de cada uno de nosotros.
Por eso el ser humano debe
meditar, pensar profundamente, para que alcance su propia y verdadera realización,
que será después la realización colectiva. La ciencia debe estudiar al espíritu,
aquella energía que nos da aliento de vida. Esa fina energía tan real, más fina
que el átomo, que irradia junto con todo, que nos desdobla y nos une al Magnánimo,
haciéndonos uno solo. La ciencia actual procura descubrir alguna esencia incierta.
Luego la tecnología la aplica y nos da una herramienta física que parece trascendental,
porque seguramente aumenta el espectro de las comunicaciones a largas distancias
dentro de nuestro propio mundo, pero muy difícilmente fuera de él si no tiene
la ayuda de los satélites artificiales, desde este punto de vista la ciencia va
lenta, quizá porque necesita aumentar su imaginación. La herramienta de nuestra
tecnología podría ser el próximo celular inimaginable, que quizá cuando esté
muchos queden deslumbrados, sin embargo, cualquier invento que haga el ser
humano es insignificante comparado con nosotros que somos el más grande de
todos los inventos, pero que al igual que un celular necesitamos ser
configurados, y de paso aumentar nuestra función con diversas aplicaciones, y
esas aplicaciones las adquirimos estudiando el conocimiento que actualmente
existe que nuestros antecesores han ido dejando a causa de su iluminado pensar,
con el objetivo de que lo sigamos construyendo o edificando.
Cuando nos dieron la vida, ya
nos lo dieron todo, pero no nos hemos percatado de eso, y por eso debemos
despertar, hago este llamado para que nos configuremos y reconfiguremos, para
que despertemos nuestro espíritu que duerme porque este sistema de cosas nos
distrae y necesitamos concentrarnos en organizar nuestro mundo, que debe
empezar por la organización de cada uno de nosotros, para que luego el mundo
sea el reflejo nuestro y nosotros el reflejo del mundo, esa es nuestra misión y
visión. Siente la música y escríbela a manera de letra, para que sientas la
vibración de ella, es ahí cuando uno medio entiende y siente la energía del espíritu,
nos hace sentir bien, pero no nos percatamos que es el espíritu que debería
estudiar la ciencia, para observar como el espíritu se conecta y conoce a su
Creador.
¡Bienvenido el nuevo Orden
Mundial!
Atentamente: José Antonio
Támara León.
El Escribidor y Poeta.
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