Preguntas…

Preguntas…

La mejor respuesta que puede dar un poeta, es cuando le preguntan sin saber aún que es un poeta, sobre su profesión. El poeta debe contestar: “Dicen que soy poeta, a eso me dedico, eso hago.” Quizá la gente pregunta por conocer de qué vive la persona, el sustento que le puede dar algún trabajo u oficio. Sin embargo, si el poeta fuese entendido, mas aún: valorado, tendría el poeta un sueldo por ser poeta. De eso viviría, porque no es cualquier persona quien indica la senda. No obstante, muchos viven de las ideas que da el poeta, sin que el poeta reciba algo a cambio, porque tampoco es la idea del poeta, sin embargo, la ingratitud contra el poeta es severa e irrespetuosa, quizá por la ignorancia de mucha gente, asunto que el poeta entiende. La humanidad ha sido edificada por la luz de los verdaderos poetas, me refiero a los más profundos y destacados, que han ayudado a que se retome el rumbo cuando se tuercen los ideales que engrandecen al ser humano. Entonces, no es que ser poeta sea una profesión, sin embargo, es una labor que no tiene precio, y quien la señala y juzga no tiene la más mínima idea de este oficio, ni siquiera cuenta se da de que se beneficia del mismo. El poeta no vive del día a día, porque este sistema de mundo al poeta le parece un fracaso, sabe que todo en este mundo es vanidad y un esforzarse persiguiendo el viento, no existe una verdadera realización en este mundo, todo es efímero, y es efímero porque es elemental y disfrazado de una falsa realización. ¿A qué te dedicas, qué haces, de qué vives? Preguntas frecuentes. Cuando el poeta trabaja lo explotan, como a todo aquel que trabaja, no le pagan bien, sin embargo, quienes preguntan se sienten realizados porque tienen un empleo y capacidad adquisitiva que les permite sobrevivir, algunos no lo hacen con mala intención, sin embargo, convencidos están de que esa es la realidad y de que así debe ser en cada persona, y de que así es la vida y su verdadero propósito, quizá la lástima que pueda sentir la persona que pregunta pueda ser menor que la lástima que siente el poeta por quien pregunta, ya que la lástima que siente quien pregunta es una lástima superficial basada en el sistema que tiene un concepto propio sobre “el éxito.” La lástima que siente el poeta es más profunda, porque el poeta comprende aquello que no comprende quien hace la pregunta. El poeta puede vivir sin el estilo de vida de aquel que pregunta, la pregunta que surge es: ¿Será que quien pregunta puede vivir el estilo de vida del poeta? Posiblemente, sin embargo, deberá comprender muchas cosas, y dentro de ese proceso esperemos que tenga el criterio y el coraje para no dejarse vencer por el sistema del mundo, porque el poeta ha notado el apego a todo lo material que tiene el ser humano, y si le quitan algo de esto, todo ser humano absorbido por el sistema de mundo se sentirá fracasado, esto genera depresión, estrés, y si es muy débil podría llegar la persona al suicidio. Lo interesante de esto, es que si el poeta tiene la capacidad adquisitiva de aquel que pregunta, podría ser la vida del poeta mucho mejor que la de aquel que hace la pregunta, porque el poeta conoce la vida, y ya sabe que hacer con ella, y puede vivir sin consumir la propaganda del mundo, porque ya tiene realizado el espíritu, por eso vive con la necesario, espiritualmente el poeta es rico, y si el poeta llegase a ser rico de cosas materiales, tendría la capacidad de compartir aparte o independiente de su poesía y de su humanidad las cosas que tiene sin necesidad de quedarse sin nada, ni de despilfarrar como lo hacen a veces personas como quienes preguntan, y por añadidura su riqueza material crecería cada día y cada noche, como también aquella de quienes le rodeen o acompañen, como la riqueza de su espíritu, la cual es su mayor aporte a la humanidad.

Atentamente, El Escribidor de La Loma del Diamante.