Sobre libro “Morir es un país que amabas” presentado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO 2’024)… (23/06/2’024)

Sobre libro “Morir es un país que amabas” presentado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO 2’024)… (23/06/2’024)

Este libro debería leerlo el señor Presidente de La República de Colombia Gustavo Francisco Petro Urrego, y todos los políticos de este país y del mundo entero. Debe ser traducido a todos los idiomas posibles. Es un libro poético. De una poética de dolor que clama y que le da voz a los muertos. Muertos por crimen, porque los asesinaron. Es un libro que hace homenaje a más de 400 líderes sociales que mataron en el país en gobiernos pasados. Aquí más de 400 poetas le escriben a cada uno de ellos, y en esas estoy incluido yo. Y alguien me preguntó que quiénes están matando líderes sociales ahora que estamos en el gobierno del cambio. Yo respondí de que los mismos de siempre que estuvieron matando en el pasado. ¿Es que acaso los cambios se dan de un día para otro? No, y mucho menos estos que están bien arraigados históricamente. Es un proceso de resistencia, de hacerle entender a los criminales que dan la orden desde sus mansiones a que no son dueños de la vida de los demás, porque ni su propia vida les pertenece y algún día morirán de alguna u otra manera, y para siempre, porque son unos demonios encarnados que se creen dueños del mundo y al final dueños de nada son. Este libro fue editado por Stefhany Rojas Wagner de la Editorial Abisinia y por Eduardo Bechara Navratilova de la Editorial Escarabajo.

La mayoría de los líderes aquí descritos fueron asesinados a balazos, algunos recibieron puñaladas, otros fueron masacrados a palos. Los mataron con sevicia, con un exacerbado odio. Cuando usted lee este libro encuentra un reguero de sangre impresionante. Por tanques de doce latas. Demasiada sangre derramada. Por eso quiero sugerir que la próxima edición no tenga letras negras, sino, que las letras sean del color del vino tinto, roja como la sangre, para que represente la sangre con la que el libro ha sido escrito. Porque en la sangre está el espíritu y la vida, dijo Nietzsche y mucho antes la Biblia, porque la sangre es sagrada, la sangre se respeta, como la sangre que derramó Jesús Cristo, la sangre tiene una representación Divina, más la sangre de gente de causas justas, porque es una sangre noble, humanística, una sangre que tiene honor. Y es una realidad. Cada vez que observo que una persona le quita la vida a otra, sobre todo en la modalidad del sicariato, siempre me imagino yo a una persona iletrada, una persona ignorante, que quizá no tiene siquiera la culpa de su propia ignorancia, por eso le quita la vida a otra persona, y peor aún: inocente e importante para la construcción de la sociedad. Porque uno lee y encuentra a líderes que eran reclamadores de tierras, defensores de Derechos Humanos. Y toda esa gente que mata por tierras, es la tierra que le echarán encima cuando mueran. Por eso me llamó la atención un poema que dice en parte: “Porque, cuando mataron a mi padre pesó más en mí la tierra de su pecho. Cuando matan a un hombre todos los hombres se hacen más pesados.” Lo que expresa aquí el poeta es profundo, porque todos esos líderes sociales juntos deberían hacer que la tierra que le echaron al enterrarlos pese demasiado en el pecho de la humanidad que aún vive, incluyendo a los mismos verdugos, porque todos en algún momento estaremos en la misma circunstancia. ¿Acaso los asesinos creen que podrán escapar de la muerte? Quedarán iguales cuando llegue su momento, tanto los autores materiales en su bruta capacidad de pensar, y también los autores intelectuales, en su misma bruta y rencorosa posición egoísta y ladrona manera de ser, porque pertenecen a una oligarquía traqueta de la nueva burguesía del narcotráfico, una ralea pseudo-aristocrática de lumpen, porque son arribistas y consideran al que mandan a matar inferior a su “clase,” los consideran hijos de menos madres y padres, por eso en ese trastorno psiquiátrico que tienen se consideran dueños de la vida de los líderes sociales. Pseudo-aristócratas sin abolengo ni alcurnia. Esta gente en realidad está enferma mentalmente, su enriquecimiento ilícito no solamente por el narcotráfico, sino, por el robo al erario del Estado los tiene enloquecidos y alucinando con una falsa gloria. ¿Todavía creen ellos que tienen la competencia y la salud mental para gobernar a este país? Están errados.

Este libro tiene casi 1’000 páginas. A mí me tocó homenajear en este libro a un líder asesinado en Buenaventura el 18 de junio del año 2’021. Yo conocí un poco esos sectores del Pacífico colombiano, más que todo en el Cauca, cuando estuve prestando el servicio militar. Allá la cosa es tremenda, no es fácil el conflicto para la población civil. Allá me di cuenta que habían militares que eran comandantes de pelotón en la Infantería de Marina, y también eran comandantes de grupos paramilitares, bueno, ese era el rumor, algo que para mí no tenía nada de raro, todo el mundo estaba de acuerdo con eso, y eso fue de 2’008 hasta el 2’010. Entonces no es mentira que en el gobierno de Uribe las fuerzas militares y pública trabajaban en conjunto con estos grupos armados ilegales de la política de la derecha sionista-fascista colombiana, tampoco sería sensato decir que no era una orden de arriba, es decir: presidencial. Porque tropezaríamos de ingenuos si decimos que todo fue a espaldas del presidente de ese momento y que fue culpa solamente de algunos suboficiales y oficiales que comandaban las Waffen-SS de Colombia como el paramilitarismo y las autodefensas de alguna u otra manera, y que esa decisión la tomaron ellos por iniciativa propia o personal. Para esos días que mataron a este líder social, a mí también hace exactamente tres años me amenazaron, seguramente me vieron mucho en los días que transcurrieron con el paro nacional del 28 de Abril, y por eso me perfilaron y me intimidaron durante una semana diciéndome cosas. Para mí fueron bastante cobardes, tanta gente para intimidar a un solo hombre, hasta tenían miedo de acercárseme, pero lo hicieron, hubo uno con aspecto de la SIJIN o DIJIN, que me miró feo, que si las caras mataran hubiera quedado acribillado por una ráfaga de fusil, algunas personas se dieron cuenta de cuando el hombre me miró y se dijeron: “¿Viste cómo lo miró?” Ahí me di cuenta que de tanto liderazgo social y de tantos años, al fin me hacían acercamiento. El último fue un man con tatuajes, con aspecto del interior del país, ya ellos se habían percatado de que me eran visibles, entonces este me decía por la espalda de que me fuera porque la vida era muy bonita, el hombre pensó que yo iba a pedalear con fuerza mi bicicleta, al contrario, disminuí la velocidad para ir al paso de su trote, para escuchar que más decía, pero nada más dijo, ¿ustedes creen que se atrevió a decir algo más? No, me siguió hasta el Camellón de los Mártires con el trote, y al final solamente reaccionó con un: “¡Ja!” Supongo que era una bandita criminal. Bueno, después de eso empecé a salir poco de La Loma del Diamante, mientras se investigaba bien. Algunos piensan que pudo haber sido el Turco Hilsaca y todo lo que él representa dentro y fuera, no tendría nada de raro, porque el man se azaraba en ese momento cuando me veía, pienso que él siempre ha pensado que yo le puedo hacer algo, la verdad es que no me interesa, porque hay peces más gordos que él. Otros dicen que pudo haber sido el mismo Dau, porque yo lo insulté en La Plaza de La Aduana y le dije que había resultado ser un corrupto más. Yo quiero pensar que no es así, por eso otros dicen que no fue Dau, no obstante, que sí pudo haber sido alguien de la administración Dau, o alguien que secuestró el triunfo del activismo social en Cartagena secuestrando así la administración de “Salvemos juntos a Cartagena,” como por ejemplo los Araújo, y para mí tampoco tiene nada de raro, por eso digo que los gremios también son sospechosos, ya que ellos son cómplices del gobierno de ese momento, es decir: de Iván Duque Márquez. Aunque por un lado agradezco que me hayan perfilado solamente a mí en Cartagena porque de cierta manera manejé la situación, y que me hayan tomado como referente, porque si lo hubieran hecho con otro, seguramente estaría muerto. ¿O acaso ustedes escucharon de algún líder social muerto ese año en Cartagena después del 28 de Abril del año 2’021? Aunque en el año 2’022 cuando regresé a trabajar a Getsemaní empezó una mortandad por sicariatos entre bandas criminales, ningún líder social por lo que tengo entendido.

En mi caso yo tengo quien me vengue, sería un escándalo, me convertiría en un símbolo, en mártir, en un prócer, dejaría un gran legado literario y de lucha con criterio en mi ciudad natal, de pronto hasta hacen una biblioteca con mi nombre, y estatuas, y pinturas, y calles, y por qué no una universidad o colegio, eso no podría yo evitarlo y mucho menos muerto, hasta de pronto hacen un frente o todo un grupo guerrillero con el nombre de uno, hasta un partido político o movimiento revolucionario, y muchas cosas más, yo por eso no me molestaría, para que lo sepan. Lo que sí pediría aprovechando que todavía estoy vivo, es que no prostituyan mis ideas, ni las utilicen para intereses personales, porque en mis libros lo he dejado claro, y siempre caminar por la senda de la ética, de los valores y principios morales. Para nadie debe ser un secreto que aunque no soy guerrillero ni comandante de la guerrilla, la guerrilla como tal debe simpatizar con la mayor parte de mis ideas. A mí no me sorprende pensar que a mí la guerrilla me observa y me lee y me protege, así como también las bandas criminales, aunque estas últimas no me protejan, sin embargo, puede que me consideren un hombre al que se le debe tener respeto, porque al enemigo se le respeta cuando tiene argumentos y es inteligente, porque una verdadera inteligencia es la que mueve al mundo. No obstante, cuando es así el enemigo entra en un dilema, porque dejarlo vivir más tiempo a uno es un peligro para ellos con sus proyectos desde nuestras ideas y, matarlo a uno, también es un peligro, porque eso significaría la muerte de ellos también, y hasta se podría generar una tercera guerra mundial y nuclear.

Mi madre y mucha gente considera que sí soy un líder social, yo pienso que lo que hago puede hacerme merecedor de eso, me considero político, un animal político. Mi padre considera que no soy un líder social, porque nota que a mí no me gusta el protagonismo ni el figureo, o que no me interesa mostrarme para sacar alguna ventaja política, y es cierto, porque si existe algún protagonismo en mí es por añadidura, no porque mi intención sea la de figurar o sacar provecho de algo, como contratos públicos, por ejemplo, y en ese sentido se debe destacar un verdadero líder social, porque la labor de un líder social debe ser por amor a la patria, a la humanidad, a la tierra, al mundo, por convicción, por esencia. Quizá mi manera es diferente, opero de acuerdo al momento, a la circunstancia. Cuando me amenazaron, la Unidad Nacional de Protección llegó a mi casa, y la verdad es que cómo confiar en un Estado secuestrado por la mafia, ahí el Presidente Petro con su gobierno ha demostrado toda la corrupción que había dentro de la Institucionalidad, comandantes de la Fuerza Pública y Militar trabajando en conjunto con los narcotraficantes, la Unidad Nacional de Protección llena de narcotraficantes, entonces, ¿quiénes iban a proteger a los líderes sociales? Es un absurdo, una incongruencia. Como muchos personajes que aparecen en el libro donde la Unidad Nacional de Protección les daba dizque protección, y cuando dejaron a uno en su casa y se fueron, llegó el sicario y lo mató, ¿qué supone uno? Y en ese momento hasta la Fiscalía General de la Nación a favor del narcotráfico y del Clan del Golfo, trabajando mancomunadamente. ¿Qué clase de gente nos estaba gobernando? ¿Qué clase de gente cree que de esta manera puede seguir gobernando al país? Eso no se debe volver a permitir… Y recuerden que, cuando uno lee un libro, o un periódico, o una revista, o un artículo, o hasta una frase profunda, uno no volverá a ser el mismo, lo digo por experiencia, porque la experiencia no se improvisa.

Libertad y Orden.

Por José Antonio Támara-León.

El Escribidor de La Loma del Diamante.

De Las Águilas Doradas que irradian e inspiran Amor, Paz, Justicia y Poder.