Algunos dicen que el destino está escrito, otros dicen que no está escrito, que lo escribimos nosotros. Y yo pienso que cuando uno nace tiene escrito un destino, y que a medida que uno va tomando consciencia del mundo, empieza a borrar el destino que le fue dado al nacer y luego lo escribimos de otra forma, de acuerdo a las decisiones que tomemos a medida que avancen los días y las noches de nuestra existencia. Quizá, nuestro destino al nacer sea la gloria o el fracaso. Si es la gloria, puede que tomemos decisiones que la lleven al fracaso. Y si es el fracaso, puede que tomemos decisiones que lo lleven a la gloria. Si es la gloria, puede que nuestras decisiones sean tal cual como se nos dio el destino al nacer y por ende será glorioso, igualmente para el fracaso, puede que tomemos las decisiones correctas para fracasar. Sin embargo, el fracaso tiene su gloria, como la gloria a veces nace del fracaso. El fracaso tiene su gloria en el sentido no de que una persona alcance la gloria, sino en el sentido de que en el fracaso se aprende, y cuando uno aprende hay gloria aunque sea tarde, porque la experiencia no se improvisa, y mucha gente aprende de los fracasos de los demás porque sabe observar y considerar sus pasos, en ese sentido se aprende del fracasado y quizá sea de ejemplo para que los demás no fracasen, y puede que esa sea su gloria, la gloria de los sacrificados para que a otros les vaya bien. No dudo de que nuestro destino al nacer está escrito, no obstante, ese destino también depende de nuestra voluntad. Pero ¿qué es el fracaso y la gloria? Morir en la gloria o morir en el fracaso, esa es la preocupación de muchos seres humanos. Aunque existe otro camino aparentemente, a aquellos que no les interesa ni la gloria ni el fracaso, no obstante, están condenados al fracaso o a la gloria, aunque ninguna de las dos opciones elijan. Al final, todos estamos condenados. ¿Acaso hay gloria o fracaso al morir? Depende, porque cuando todos morimos sin poder vencer a la muerte, aunque en vida se haya tenido una aparente gloria, habremos fracasado, y quien prefiere más la muerte que la vida es un fracasado, porque hasta los que creen que hay vida después de la muerte tienen la esperanza de que ese no sea el fin de la existencia, porque la existencia es bella cuando uno la comprende, porque cuando uno la comprende no quiere morir, no por miedo a la muerte, porque si ese es nuestro destino, amén. Más bien por amor al conocimiento, a la sabiduría, a la grandeza de vivir, a la curiosidad; no por ambición, sino por saber, por estar aquí, por comprender la razón de nuestra existencia, porque el camino es entender el verdadero propósito de la vida, la verdadera belleza. Y si una persona tiene esperanza de seguir viviendo después de la muerte, entonces la muerte no debe interpretarse como muerte, porque si hay otro mundo, no hay muerte, porque la muerte no es vida, entonces uno no muere, uno sigue vivo en otras condiciones. Aunque yo no creo en otra vida después de la muerte, cuando morimos nuestro pensamiento deja de existir, dejamos de ser, no hay sufrimiento, tampoco gloria, no sabemos de nuestra muerte, ya no podemos odiar, ni mentir, ya no podemos hacer daño cuando morimos. Sí creo que hay otras condiciones de vida diferentes a las de nosotros que somos de carne y de hueso, creo que existe un lugar llamado cielo, que no está arriba ni abajo, que está más allá del átomo, pero no somos dignos de estar ahí, porque no somos humildes, porque buscamos fama y gloria, porque destruimos a nuestro semejante, porque preferimos más las riquezas de este mundo y no cultivamos las riquezas del espíritu, entonces vivimos en una vanagloria, todos nuestros días y noches, no apreciamos la tierra, todos quieren poseerla, y ese es nuestro error, porque destruimos nuestro hogar material. Entonces, si existe el cielo, ¿ustedes creen que nos van a querer allá? No, somos como el Diablo que quiso ser Dios, y ocupar el Trono de Jah, ¿será que si existe el cielo Dios va a querer meter en su reino a todos los demonios que mueren en la tierra? No, ni siquiera nos desea el infierno como erróneamente lo describen algunos, porque esa sería otra condición de vida, mejor que vivamos 70, 80, 90 o 100 años y muramos para siempre. Ese es nuestro verdadero destino, y está escrito desde que nacimos, y como dijo el sabio de que todo es vanidad y un esforzarse detrás del viento, morimos con más penas que glorias, todos hemos fracasado, todos carecemos de valores morales y éticos, no tenemos principios, no merecemos siquiera la tierra donde estamos viviendo, somos incrédulos y por eso avaros y codiciosos, por eso robamos, por eso matamos, estamos ciegos desde cualquier perspectiva. Sin embargo, yo estoy seguro de que existen otras condiciones de vida en otras dimensiones distintas a las nuestras, que hay un Supremo, y que ese Ser conoce lo que hay en el corazón de cada uno de nosotros, es Él quien puede juzgar mejor que cada uno de nosotros que nos vivimos señalando los unos a los otros y hablando mal los unos de los otros. Entonces de acuerdo a nuestro corazón, a nuestras decisiones, a nuestro comportamiento, será nuestro último destino, será nuestro fracaso o nuestra gloria.
Atentamente, El Escribidor de La Loma del Diamante.
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