Símbolos...

Símbolos...


"Desde la cúspide del techo saludaba a los visitantes un águila dorada como tercer símbolo de Roma, tal como lo llevaban consigo las legiones." Refiriéndose a la Capilla del Palacio de Carlomagno. Tomado del libro de CARLOMAGNO, por Wolfgang Braunfels, página 119.

Los símbolos son como las palabras, porque las palabras están hechas de símbolos, y de eso está hecha la actual realidad. En ellos están ocultos los códigos, en ellos hay verdad, y la existencia de los mismos es merecida, de lo contrario no existieran, porque lo que no es merecido, no tiene sentido de existir, porque no tiene ninguna misión y ningún objetivo. Lo que está está es por algo, no por capricho, para que el más humilde entendido lo entienda, hasta llegar a su comprensión como un mensaje revelado por sus ancestros. Minimizarlo tiene como única intención distraer, para que la verdad no sea hallada y la humanidad siga cegada. Quien se sumerge en la farándula del mundo no lo entiende, y mejor que así sea, porque estas cosas no se hicieron para que las entendieran los tontos que tienen una falsa grandeza, más bien es su delirio. Quien no lo entiende no entiende el poder oculto detrás de estas cosas, y cree que esto existe por existir, por eso este sistema de cosas se ocupa vivir en la simpleza, por eso son simples espíritus, a pesar de que este mundo está edificado sobre las metáforas, y sobre ellas sigue creciendo, y cuando uno lo entiende, adquiere entonces dominio y poder para decidir sobre el rumbo que debe tomar la realidad, no para oprimir, sino que para liberar.

Los Caballeros no buscaban gloria, buscaban libertad. Los Caballeros tenían su carácter, su criterio, y entendían que la grandeza llegaba por añadidura cuando uno no la buscaba, porque a un verdadero Caballero no le interesaba la grandeza, aunque por sus actos la grandeza hacía parte de la esencia del espíritu de un Caballero. Un Caballero no tenía ínfulas de nada, era lo que era, un ser con altos valores morales y éticos, con principios, un ser que tenía una misión, un objetivo, una orden no de los hombres, sino de la providencia Divina. Defender a la humanidad de los bárbaros, al indefenso, porque los Caballeros eran dioses, porque solamente los dioses pueden tener tan grandes virtudes. Como nuestro Don Quijote De La Mancha, el Caballero de la triste figura, muchos ríen, sin embargo, no entienden la profundidad del mensaje, es algo serio, es la lucha contra el demonio, que poco a poco cae, cada vez que se le atraviesa la espada.

El amarillo representa el oro, la luz, la iluminación, el conocimiento que da poder, ese que ilumina las sendas oscuras. Dicen que el azul representa la nobleza, no la nobleza que ostenta linaje y que con esto discrimina porque cree que esa es la grandeza, sino, la nobleza que la da la humildad, sin embargo, también los mares que se reflejan en el cielo; es el firmamento, el agua, la vida. El rojo representa la sangre, porque en la sangre están guardados todos los códigos, miles y millones de páginas escritas que se conjugan, que nos enseñan la verdad, el principio de todas las cosas. El águila representa la sabiduría, la que nos enseña a considerar cada uno de nuestros pasos, la que nos da visión a largas y grandes distancias, y, el león representa la Justicia, y por eso el coraje y el criterio y el carácter y la personalidad.

Atentamente, El Escribidor de La Loma del Diamante.

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