Lectura sobre el libro “En el país de la nube blanca” de Sarah Lark… (09/04/2'024)

Lectura sobre el libro “En el país de la nube blanca” de Sarah Lark… (09/04/2'024)



No es mentira que la novela atrapa con bastante fuerza. Es un trabajo bastante sesudo, tanto, que logra familiarizarse uno con los personajes, inclusive, hasta enamorarse de las mujeres que nunca ha visto uno, simplemente se las imagina de acuerdo a las descripciones, y algo más, vivir los momentos no como cuando se ve una película, ni tampoco una obra de teatro, sino como si uno estuviera presente en la escena observando y guardando silencio, eso la hace bastante interesante. Al final he leído algunos elogios que le hacen al libro, no obstante, se quedan cortos y simplemente en comentarios superfluos a pesar de que son hechos con sinceridad. Por eso yo he querido hacerle una breve reseña por tan bella obra, ya que se la merece.

Es un libro extenso, tiene setecientas cuarenta y siete páginas, ninguna verborrea, ninguna página de más, todo lo que se tenía que decir, me parece romántico, con una verdadera retórica, y entender que la retórica no es mala como la han tergiversado, malo es pensar que la retórica es charlatanería, no, el argumento está bien sustentado, bastante imaginativo, diciente y centrado y fluido.

Helen Davenport hija del reverendo Davenport era una Institutriz que trabajaba para la familia Greenwood en Londres, que era adinerada y además aristocrática, le daba clases a George y William Greenwood. Sin embargo la familia Greenwood la trataba con mucho respeto y como su igual, como si fuera de la familia y comía también en su mesa. George era un alumno bastante inteligente, y a William poco le gustaba estudiar. George era el mayor y William el menor, y Helen le llevaba un poco más de diez años a George. Miss Helen, como le decían sus alumnos, quería tener una familia o soñaba con el hombre ideal, George la tenía analizada y de manera socarrona le lanzaba frases porque se daba cuenta de sus aspiraciones, y la exhortaba a casarse con un baronet, aunque ella decía que los baronets solamente se casaban con las baronesas. Alguna vez George la sorprendió leyendo un aviso que decía que hombres en el nuevo mundo de Nueva Zelanda querían casar con mujeres del viejo mundo, de Inglaterra, entonces George le preguntó que si quería viajar o unirse a esa aventura, sin embargo Helen lo negó, que simplemente había sido una curiosidad. No obstante, ella logró conseguir contacto con un hombre de esas tierras, sin embargo, era por cartas, eso para mediados del siglo XIX, donde una carta desde Londres tenía que viajar en barco durante tres meses hasta Nueva Zelanda, y después otros tres meses para obtener una respuesta, es decir, seis meses en total. Miss Helen no quiso aguantar mucho y solamente se escribieron unas dos veces, así que ella decidió no enviar otra carta a la respuesta de un tal Howard O’Keefe, que parecía un gentleman por su manera de escribir, pero que al final resultó ser un atarván. Sin embargo, yo me he puesto a pensar que si en realidad era Howard O’Keefe el que escribía las cartas, aunque el libro no le dio relevancia a esta parte.

George cuando supo que Helen se iba a buscar a un tipo que no conocía para casarse con él, que solamente le había escrito dos veces, y del cual se encontraba absurdamente enamorada por lo que decía un pedazo de papel con tinta, pero que tenía un negocio y una granja, que de cierta manera era ganadero y agricultor, y que por ende, no la iba a dejar pasar hambre, se molestó, y más que molesto estaba celoso, porque George estaba enamorado de su Institutriz, que si por plata era éso era lo que él tenía, sin embargo Miss Helen lo veía como su alumno, y no era que no le gustara, pero era mayor que él, y ella quería mejor hacer su vida en otro lugar, y también ejercer de Institutriz en otro lugar, ya que esa era su vocación. Así que un orfanato le pagó el viaje, pero tenía que ir con unas niñas y hacerse cargo de ellas durante el viaje, que tenían por nombre, Rosie o Rosemary, Daphne, Dorothy, Elizabeth, y las mellizas Laurie y Mary, a las que durante los tres meses de viaje en el barco las educó como toda una Institutriz.

En el barco llamado Dublin también iba Gwyneira Silkham, la hija de Lord Terence Silkham, de una aristocracia galesa y rural, que la había entregado a Gerald Warden para que la casara con su hijo Lucas Warden, que también tenía una granja con grandes extensiones de tierras que se encontraban con las tierras de Howard O’Keefe. Y a este Gerald Warden le decían el barón de la lana porque criaba ovejas y comerciaba su lana, así como también lo hacía el señor O’Keefe con el que se casaría Helen. Gwyneira en ese momento tenía diecisiete años y en el barco se conoció con Helen con la que se hizo amiga y al final consuegra. Ella llevaba una perra llamada Cleo, y también dos caballos que se llamaban Madoc e Igraine que era una yegua que Gwyn, como también le decían, quería mucho; así como Gerald Warden llevaba también ovejas para aumentar la producción de la lana en su hacienda de Kiward Station, vecina de O’keefe Station, del cual era enemigo.

Cuando llegaron a Nueva Zelanda, Gwyneira y Gerald Warden se organizaron para marcharse, pero Gerald no tenía quien le llevara u organizara las ovejas, y estaba molesto por eso, además subestimaba a Gwyneira que podía tener una solución utilizando a su perra Cleo, y así fue, ella utilizó a Cleo que estaba entrenada y esta organizó las ovejas y se pusieron en marcha. Helen esperaba que el señor O’Keefe la fuera a recoger, pero el señor O’Keefe no sabía que ella había hecho tan largo viaje. Después se enteró y se encontraron, sin embargo, antes, el reverendo de Christchurch empezó a repartir a las niñas a familias de la región, y a una de ellas pensaba dársela a una familia que tenía ocho hijos, y que la pondrían a cuidarlos a todos, y a cocinar y a barrer y trapear la casa, cuando la niña todavía necesitaba ser criada, no criar, además porque el hombre que la fue a buscar era un irresponsable. Aunque otra tuvo suerte y se fue con una familia decente que la criaron como si fuera su hija. Las mellizas lloraban cuando las separaron, pero después se escaparon y por cosas del destino se encontraron, y como Daphne también se escapó, las encontró y se hizo cargo de ellas, claro está que Daphne se convirtió en una prostituta y administraba un prostíbulo que después llamó “Hotel Daphne”, y le enseñó un baile a las mellizas pero a estas no las podían tocar, solamente bailaban, y así sobrevivieron durante mucho tiempo. Y Rosemary se casó con un panadero; Dorothy se quedó con una familia de apellido Candler, y Elizabeth se fue con la familia Godewind y pasado unos años se casó con George Greenwood cuando este visitó Nueva Zelanda y la conoció.

Cuando Helen conoció a Howard O’Keefe personalmente, no era un hombre feo pero tampoco bonito, se le veía bastante rígido, era un campesino de alguna u otra manera, robusto, que se había disputado unas tierras con Gerald Warden y además de eso, una mujer que resultó ser la madre de Lucas Warden. El señor Howard vivía ofendido por eso, y quizá por eso no es que después de casarse con Helen hubiera sido un marido o un esposo ejemplar, no, carecía de un verdadero espíritu, y la granja no producía como debía, quizá por la misma negligencia de Howard, o porque no sabía ser un buen administrador, tanto, que la casa de la granja no es que fuera de buen aspecto y él no se preocupaba por arreglarla a pesar de que ya tenía una esposa. Contrario a los Warden, que habían construido una mansión parecida a las casas de los aristócratas en Inglaterra pero más pequeña, y que se veía rara en esos terrenos o en ese ambiente, porque era demasiado lujosa y tenía una bonita arquitectura, no obstante, para Gwyneira estaba bien, y que a pesar de ser aristócrata le daba igual. Ella también conoció a su prometido, al que le gustaba el arte y era un excelente pintor que tenía una biblioteca, un hombre cultivado, y mucho más decente que su padre que era un avaro y codicioso que explotaba a sus trabajadores maoríes. A Lucas Warden no le interesaban los negocios de su padre, solamente el arte, pero su padre vivía molesto porque de cierta manera le parecía pendejo que no más le gustara el arte y que no supiera ni ensillar un caballo, y que fuera demasiado delicado como para encargarse de los negocios de una granja y viajar de aquí para allá y de allá para acá como un gran comerciante.

Helen se pegó la estrellada de su vida, no porque hubiera alcanzado las estrellas, sino porque Howard no parecía el hombre de las cartas. Aunque Helen es uno de los personajes más bellos del libro, incluyendo a Gwyneira, prácticamente las protagonistas principales, con cualquiera de las dos me casaría yo. Howard se casó con Helen, y ese man era un atarván, cuando le hizo el amor por primera vez no le hacía el amor, parecía una violación, porque el tipo se lo metió y se lo sacó bruscamente, sin unas verdaderas caricias ni verdaderos besos, como si se estuviera cogiendo a una trabajadora sexual, así le quitó la virginidad a Helen, y después que se vino dentro de ella se bajó y se acostó a su lado y le dijo que a la próxima le iba a doler menos, y así fueron todas las noches, sin que Helen sintiera un verdadero placer por eso, hasta que quedó embarazada de Ruben O’Keefe. Cuando Howard lo supo dejó de tocarla, el man como que simplemente quería una mujer para dejar descendencia, eso era todo.

Gwyneira se casó con Lucas, y en su primera noche estaba emocionada Gwyneira con Lucas, porque pensó que el man se la cogería sabroso, se desilusionó, porque cuando a Lucas se le erectaba el pene que ella se lo agarraba con la mano, y después cuando se lo iba a meter, a Lucas se le ablandaba porque no le excitaba, y así pasó un año, y Gerald andaba emputado porque no sabía qué carajos le pasaba al hijo, por eso cuando supo que Howard O’Keefe ya tenía heredero se llenó de envidia y le decía a su hijo lo que ya se rumoraba en la comarca, de que Lucas era un blando. Gwyneira le comentó a Helen, y una maorí le sugirió a Gwyneira cambiar de hombre, entonces, Gwyn lo pensó, y para acabar con los rumores se acostó con James Mckenzie que trabajaba para los Warden y era uno de los que acompañaba a Gwyn para arriba y para abajo desde que ella llegó a Christchurch. Sin embargo, ellos se enamoraron, vivieron su idilio y cuando Gwyn quedó embarazada dejó de acostarse con James Mckenzie, algo que le dio duro a él, ya que lo habían hablado y era como un negocio que entre los dos habían hecho. Total que Gwyn comentó que estaba embarazada, Lucas se puso contento y no se preguntó cómo había sucedido la vaina ni en qué momento, porque cuando a él se le erectaba al rato se le dormía. Sin embargo, a Lucas le daba igual, y mejor seguía pintando. Entonces el viejo Gerald se puso contento, y empezó a decir que su hijo demostró no ser un blandito, porque Gerald era bastante machista, y aunque con más sagacidad que Howard O’keefe o más sentido de clase que éste, en verdad era más atarván y grotesco con la lengua.

Así que nació Fleurette Warden, y cuando el viejo Gerald se dio cuenta que era una niña se pegó tremenda desilusionada, y dijo que bueno, que se podía intentar otra vez. Y a Fleurette le decían Fleur, y uno de sus mejores amigos era Ruben O’Keefe, que leía Robin Hood y se hacía llamar Ruben Hood, a quien su madre educaba, y no solamente a él, sino que le enseñó a leer a niños maoríes así como a los hijos e hijas de otros colonos. Alguna vez en su romance con James Mckenzie que era escocés, Gwyneira quiso saber sobre los maoríes, que tampoco eran nativos de esas tierras, no obstante habían llegado primero y siglos antes que los de la corona Inglesa, y en ese sentido podían reclamar el derecho como primeros descubridores, aunque ellos le daban un sentido a la tierra bastante diferente al que la da occidente, o el mal llamado viejo mundo. Sin embargo Mckenzie le dijo a Gwyn que para que eso se diera los maoríes tendrían que primero aprender a leer y conocer sus derechos, algo que Helen estaba haciendo sin pensar en ese objetivo, y en que uno de sus discípulos, como Tonga por ejemplo, un maorí, pusiera entre la espada y la pared a los Warden cuando en una demanda hecha por él mismo le pedía con suficientes argumentos al gobernador de aquel sector que le devolviera las tierras que le pertenecieron a sus ancestros. Un asunto que no solamente ocurre en esta novela, sino que en muchas partes del mundo, como Colombia, por ejemplo.

Pero Gerald Warden quería un heredero varón y ya había pasado mucho tiempo, como cinco años, y Lucas nada que volvía a “preñar” a Gwyn. Entonces Gerald alguna vez borracho, le reclamó a su hijo que qué era lo que pasaba, que si no sabía hacer hijos, y que en el pueblo se rumoraba de que era un maricón porque siempre miraba a un joven con coquetería, y no era mentira, Lucas Warden era homosexual y luchaba contra eso, y alguna vez cuando Gwyn se le emputó, y le dijo que si quería se imaginara a otra, entonces él no se imaginó a otra, sino que a otro, a George Greenwood, entonces le pareció horroroso comerse a su mujer pensando en el cuerpo de George Greenwood, así que se ablandó una vez más y paró. Total que esa vez que Gerald le reclamaba, cogió a Gwyneira delante de él y le dijo que le iba a enseñar a hacer hijos, entonces Gerald violó a Gwyn y la dejó preñada de Paul Warden. Cuando Mckenzie supo que había quedado embarazada, se puso celoso y le reclamó de que con quién había sido el otro contrato, porque no pensaba que fuera Lucas e ignoraba la violación, Gwyneira no le contó y dijo que no era lo que pensaba, pero que tampoco podía contarle, así que Mckenzie se fue y a ella le dolió que él no la entendiera y la abandonara en ese momento, sin embargo, ella debía entender que Mckenzie tampoco era adivino, ya que él estaba esperando a que ella decidiera irse con él, pero ella no tenía el coraje para eso, además por su formación de aristócrata, donde había que conservar unos principios, no obstante, a Mckenzie le pareció absurdo porque ella se embarazó de él para hacer creer al mundo que Lucas Warden la había preñado, y que desde ese momento había perdido los valores y principios.

Gwyn no quería tener a Paul Warden, odiaba al niño cuando estuvo embarazada de él y también cuando nació, por eso fueron las maoríes que trabajaban en la hacienda quienes lo criaron y una de ellas también estaba recién parida, y le daba la teta a Paul y al mismo tiempo a su hija Marama. Además porque Lucas Warden huyó la noche de la violación, y se fue a cazar ballenas, algo que en realidad no le gustaba porque era sensible y además estudiaba a los insectos, le gustaban los animales. Aunque el mandamás del barco era homosexual y se había percatado de que Lucas también, y le hacía insinuaciones, que ponían a pensar a Lucas, pero que después rechazaba porque no era lo que quería, es decir, no lo haría con un hombre como ese. Por eso, cuando después de un año en el mar lograron regresar a tierra, aprovechó y se escapó, y fue a parar al burdel donde trabajaba Daphne, donde también conoció a las mellizas Laurie y Mary, que bailaron para él y descubrieron su homosexualidad. En ese mismo entorno conoció a un tal David que vivía enamorado de Daphne y que Daphne no se lo quería dar ni si le pagaba, porque Daphne lo quería y si se lo daba después no se iba a querer separar de él, porque podría quedar enganchada, entonces se ahorraba los pormenores, a su vez porque Daphne no se consideraba para ser mujer de él, y que él debía buscar otros horizontes. David convivió con Lucas como amigo y fue su discípulo, le enseñó a dibujar y a pintar, nunca tuvo relación sexual con Lucas, además Lucas era un hombre muy decente, era homosexual, pero sus deseos no eran lascivos, no era un degenerado, y David no se percataba de que Lucas era gay, por eso Lucas no se atrevía tampoco a hacer ninguna propuesta indecente, era un hombre ilustrado, y se conformaba tan solamente con su presencia y compañía y cuando a veces podía tocarlo cuando iban los dos juntos montados en un caballo que Lucas conducía y sentía en su espalda los brazos y el pecho de David estrechamente porque David lo abrazaba para no caer, o cuando se bañaban desnudos en un lago y se ponían a jugar en el agua, era Lucas un gentleman. Pero David tenía afán de riqueza y convenció a Lucas para ir a buscar oro, donde Lucas en una caída por uno abismo perdió la vida, algo que David malherido también lamentó, y con los días a este lo descubrió George Greenwood y comentó a Helen cuando volvió a verla, entonces George le dijo que cuando se recuperara del accidente fuera a visitar a Gwyn para que le contara la historia y así fue. Gwyn le dio todos las pinturas a David que eran una fortuna, para que David montara una galería y manejara también las galerías que tenía Lucas en Inglaterra o donde se vendían sus pinturas.

Con el tiempo Helen descubrió que Paul Warden había sido producto de una violación, algo que lamentó y le dijo a Gwyn que Paul no tenía la culpa, entonces ella reflexionó y empezó a mirar con otros ojos a Paul y a hacerse más cargo de su hijo. Sin embargo, Paul prefería estar más tiempo con los maoríes que lo criaban que con su propia madre. Paul también recibía clases de Helen, pero Paul heredó el carácter de su padre Gerald al que le decía abuelo, porque todos pensaron que Paul era hijo de Lucas Warden. Gwyn observó que eso fue lo que siempre quiso Gerald, una persona que fuera como él y que mostrara interés sobre los negocios de la granja. George Greenwood había llegado de Londres después de haber estudiado en la universidad, y su hermano William se había dedicado a una vida poco decente. Cuando George vio que Helen vivía en un sitio que no era el que ella soñaba le dio congoja por Helen, y cuando conoció al atarván de su esposo también. Sin embargo, para ayudar a Helen George Greenwood que manejaba la empresa de Greenwood Enterprise, negoció el producto de la lana con Howard y a la granja de O’Keefe Station le empezó a ir mejor.

Mckenzie estaba dando de qué hablar, porque se robaba algunos ganados de todos los ganaderos del sector. La gente creía que tenía un pelotón de hombres, pero no, lo hacía solo con una perra que le regaló Gwyneira y que era hija de Cleo, a la que llamaron Friday, Friday le ayudaba a llevarse las ovejas y Mckenzie las reunía y se las vendía a un personaje que nunca le preguntó de donde las sacaba. Así Mckenzie hizo una fortuna que todavía no se había gastado, hasta que, Fleurette y Ruben se enamoraron y tanto Gerald como Howard odiaron, por sus justas razones, no obstante también se creían dueños de la vida de sus descendientes, porque cuando Howard se enteró, golpeó a Ruben como si fuera un enemigo y cuando Helen se interpuso también le pegó como pegarle a un hombre. Ruben se fue de la casa para hacer su vida buscando oro, porque por esos territorios estuvo la fiebre del oro, pero antes fue donde Fleur para avisarle, le dijo que lo esperara, sin embargo el viejo Gerald la quería casar con otro que él consideraba distinguido, con un viejo que podía ser su abuelo, hasta que el viejo Sideblossom intentó violarla y ella se escapó de Kiward Station, pero ya sabía ella que no era hija de Lucas Warden, y en las montañas se encontró con Mckenzie que por ella él se enteró que Gwyn le había contado la verdad, pero a Mckenzie lo estaban buscando y cuando lo encontraron le dijo a Fleur que huyera y le dio toda su fortuna. Después Fleur encontró a Ruben gracias a que por cosas de la vida conoció a Daphne y a las mellizas de las que tanto había escuchado hablar. Y con el dinero de Mckenzie, Fleurette y Ruben pusieron un negocio en Queenstown donde Ruben que siempre quiso ser Abogado, terminó siendo Juez de Paz del sector y un agente comercial que ayudó al desarrollo económico a la que hizo ciudad.

Cuando Howard O’Keefe se enteró de las cartas que mandaba Ruben a su madre, se enfureció, más cuando se dio cuenta que a su hijo le iba mejor que a él como comerciante, ya que él esperaba que regresara arrepentido, porque prefería que le estuviera yendo mal y muriéndose de hambre que prosperando en otro lugar y con esposa e hijos y propiedades. Pero afortunadamente en ese momento Helen no estaba en casa, así que O’Keefe se fue al bar donde siempre iba y se encontró con Gerald, y empezaron a discutir y a recordarse el pasado, a decir que le había robado a Barbara, la mamá de Lucas, y Gerald dijo que no se casó con ella por amor sino que por interés y que si por él fuera O’Keefe se hubiera quedado con ella. Entonces O’Keefe ostentaba una cadenita que ella le había dado y Gerald se la arrancó y se empezó a burlar, diciéndole ante todos que eso era un amor hasta la eternidad, O’Keefe le dijo que se la regresara y ahí empezó la pelea a puños, hasta que en una de esas Gerald cayó, pero su cabeza golpeó contra el borde de una mesa y murió, O’Keefe se asustó y Paul estaba presente, entonces Paul enfurecido y llorando con toda frialdad, al ver que O’Keefe notó su ira se le adelantó con un arma que Paul cargaba y en cámara lenta y le disparó a O’Keefe antes que este pudiera coger la escopeta. Ahí murieron dos hombres violentos y enceguecidos por el odio y el rencor, Gerald Warden y Howard O’Keefe que materializaron el odio en la muerte. Paul decía que O’Keefe mató primero y además pensaba dispararle con la escopeta y que él tenía que defenderse. Total que Paul se fue para su casa con George Greenwood para pensar en cómo iban a solucionar el problema jurídico y penal, y hablando con su madre la decisión fue que mejor Paul se fuera y regresara pasado un año para el juicio, entonces Paul se fue con Marama antes de que llegara la policía por él, porque Marama lo amaba, y eran hermanos de leche, de teta y crecieron juntos, ella era la única que lo aceptaba como era. Entonces huyeron a las montañas. Luego llegó Helen por primera vez en todo el tiempo que estuvo en Christchurch a la hacienda de los Warden, nunca había entrado a la mansión, y ella estaba asustada porque Howard había descubierto las cartas, entonces Gwyn le contó lo sucedido.

Marama y Paul se fueron a las montañas, entonces Marama se le declaró a Paul y Paul se puso contento, hicieron un ritual maorí y se casaron en plena selva teniendo como testigos a los espíritus de sus ancestros que rondaban por ahí, que habían llegado de Polinesia siglos antes. Pero Tonga, el nuevo Jefe de la tribu de los maorí se puso más furioso, porque aparte de ser el heredero de los Warden, también le había quitado a Marama, y desde niños ellos se peleaban porque Tonga no soportaba que Marama estuviera enamorada de Paul y no de él, algo que Marama después le reprochó, ya que esa era su elección y que él no podía ni debía obligarla a amarlo. Pero Tonga era vengativo, y descubrió donde se encontraban Marama con Paul, y allá llegó y se pusieron a pelear, Paul le dijo que se fuera porque estaba asustando a su mujer, y entonces se pusieron a pelear como cuando eran niños, hasta que Paul sometió a Tonga sobre el suelo y de espaldas, pero Tonga ya no era un niño, sino el Jefe de una tribu, a lo que uno de los presentes le pareció tan indigno que su representante fuera humillado de esa manera y con una lanza atravesó a Paul saliéndole la punta por el pecho, por el corazón. Tonga, a pesar de que Paul estaba muerto, se sintió humillado, expulsó de su séquito al maorí, porque tampoco era su intención matar a Paul, él prefería observar que Paul observara como le quitaba sus tierras y también a Marama, algo que nunca ocurrió, y así le dijo a Gwyneira cuando esta fue a negociar de acuerdo a la sentencia que había hecho el gobernador del territorio, donde Tonga parecía tener mejores argumentos, hasta que salió Marama cantando y diciendo que estaba embarazada de Paul, y que por ende lo que llevaba en su útero era quien heredaría la tierra de los Warden y también la tierra de los maoríes que reclamaba Tonga, así los maoríes presentes le dieron la razón a Marama, porque ninguno se atrevería a reclamar una tierra que también pertenecía a una maorí.

Helen se fue a visitar a su hijo y a sus nietos y a su nuera y volvió a ver a las mellizas y a Daphne después de tantos años, lo que fue una alegría aunque Daphne se sintió avergonzada por la manera que eligió para sobrevivir a lo que Helen le dijo que no se sintiera mal por eso y que a ella no le molestaba. A Mckenzie lo habían metido preso, duró como tres años de una sentencia de cinco, así que los otros dos lo dejaron estar libre, pero lo mandaron para Australia, luego regresó, tuvo algunos problemas sobre todo con el viejo Sideblossom que había intentado violar a Fleur cuando esta vivía en Kiward Station. Y Mckenzie luego solucionó sus problemas jurídicos con el permiso del gobernador que le advirtió estar en los territorios pero sin hacer nada malo. Y así hasta que por fin pudo vivir con Gwyneira. Después de este libro sigue otro que sigue la secuencia y que se llama “La canción de los maoríes” que ya empecé a leer, porque este parece tomar su nombre por la neblina que se forma en estos territorios y que cubre las montañas en una nube que parece de algodón. Y recuerden que, cuando uno lee un libro o una revista o un periódico o un artículo o hasta una frase profunda, uno no volverá a ser el mismo, lo digo por experiencia, porque la experiencia no se improvisa.

Atentamente, El Escribidor de La Loma del Diamante.


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