Hacer el bien hasta para hacer el “mal”…
Hacer el bien hasta para hacer el “mal”…
Las cosas o asuntos buenos hay
que hacerlos bien, y las cosas o asuntos malos hay que hacerlos mucho mejor.
Cuando me refiero a hacer las cosas malas muchísimo mejor, no me refiero para
apoyar la maldad, no, hablo de no inmiscuir el bien en el mal, y corromper el
bien con el mal, o corromper la Justicia como tal. Es decir, si usted quiere
ser un vendedor de drogas o narcotraficante, no se meta en política, no sea
político, tampoco haga negocios con políticos corruptos que pueden ser peor que
sus negocios. No mate a gente inocente, no derrame sangre, no sea boleta ni
escandaloso, sin embargo, dentro de los negocios ilegales existen atrevidos,
atarvanes sin inteligencia que quieren ser más vivos que otros, y a veces hay
extremos y toca la defensa personal, porque no queda de otra. Tampoco robe, no
se meta con activistas sociales o líderes sociales que defienden Derechos
Humanos, haga empresas como “Drogas la Rebaja” para que genere empleo y ayude a
acabar con la pobreza. Respete la verdadera esencia del Estado, no sea irresponsable
con la institucionalidad, no cometa el error que comenten los políticos
corruptos que convierten al Estado en un Estado mafioso, por eso, nunca soborne
a la institucionalidad, tenga dialéctica, respete el espíritu de la Ley, sea
coherente, congruente, para que su negocio tenga éxito. No sea traqueto, no,
sea elegante, tenga glamour, clase, originalidad, no se las tire de macho, de
varón, mejor sea un Barón como Montesquieu, sea caballero. Cuando alguien
quiera desestabilizar su organización sométalo a juicio, muéstrele elocuencia,
argumentos con fundamento, y no lo mate, mejor castíguelo en la cárcel, porque
hay que respetar la vida del otro así como uno quiere que respeten la nuestra.
Tenga sus normas, sus reglas basadas en los principios que debe tener su mafia
para no verse sumergida en alborotos, es mejor que nadie sepa mucho de ella,
sobre todo los medios legalmente constituidos, concéntrese en ello sin
inmiscuir a terceros los problemas internos de la misma, y así viva feliz,
disfrute su esfuerzo, apoye a los artistas o creadores de contenido que puedan
ayudar al crecimiento de la humanidad. No se sienta mal por su negocio,
recuerde que el cigarrillo y el alcohol hacen daño, pero vuelvo y repito, no
sea irresponsable con la institucionalidad. Otra cosa, lea, para que constituya
bien su organización. No sea ostentoso, no se vanaglorie, sea sencillo, parco,
pero con altura. Y enséñelo a su personal.
Atentamente: El Escribidor.
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