Donde nací…

Donde nací…

 

Una foto para la historia, de izquierda a derecha, mi tío Sebastián León López; mi abuela Carmelina López Ruiz, y mi abuelo Sebastián León López, sentados en la entrada de la casa en La Loma del Diamante, donde aún vivimos, donde nací y crecí y me he criado la mayor parte de mi vida. Ahí podemos observar a mi tío Sebastián descamisado, sentado en el muro de la terraza, relajado, propio de nuestra idiosincrasia popular cartagenera, Caribe, seguramente hacía calor en ese momento, como ya lo he expuesto en otras ocasiones, era un tipo sin afanes. Y mi abuela Carmelina con ese vestido, recuerdo que tenía muchos de ese estilo, bien lavados, olorosos y planchados dentro de su escaparate, donde también guardaba sus polleras, esas que usaban o usan nuestras abuelas, y con esa cabellera blanca, propia de los López y los Ruiz y los Morelos, esas canas que parecen una corona en su cabeza, que generan respeto, propia de los sabios, esas canas que siempre me llamaron mucho la atención, ama de casa, religiosa, bastante católica, cristiana, respetuosa de sus creencias, duró casi 98 años de edad, me adoraba, y me crié en mi niñez con ella, me enseñó muchas cosas. Y mi abuelo, ahí pensionado ya de la Licorera de Bolívar, también gozando de su jubilación, como se lo merecen los hombres trabajadores, porque también fue Policía de la República de Colombia un tiempo, tengo un recuerdo borroso de él, porque cuando murió tenía yo casi tres años, por ende, se va perdiendo la memoria cuando uno deja de ver a alguien, lo que sí recuerdo es que me mamaba gallo con mucho afecto, dicen que fumaba mucho y eso fue causa de su muerte, aunque fue como a los 83 años donde pocos llegan. Luego, cuando muere, obviamente la pensión pasa a mi abuela, bien merecida, por ser su esposa, por criar a hijos y nietos y hasta sobrinos, y pechichar a este Escribidor.

 

La fotografía me la mostró mi prima Teresila León Carrasquilla, una escena interesante, maravillosa, de la cotidianidad de nuestros barrios populares, donde se encuentra la universalidad de la vida, de la existencia, de la metafísica de las cosas, de lo sencillamente profundo.

 

Atentamente: El Escribidor de La Loma del Diamante.