Relato para Soesja...
Su nombre se escribe Soesja, y se pronuncia Zuyía, en mi lengua madre. Como dice una amiga de ella, Soesja es de otro país, no importa de cuál, ella es de otro país, es del mundo, seguramente su país es el mundo, como el mundo es el país de muchos. Tiene veinticuatro años, en la plenitud de la vida, en la edad de los veinte, donde está la verdad, porque es la segunda adolescencia. Su estatura está casi en los uno con setenta centímetros, casi. Su piel es dorada, es un sol. Su cabello castaño claro, sus ojos azules como el azul del cielo que se refleja en el mar, La Mar. Sus cejas delineadas y arqueadas, sus labios candentes, su nariz empinada, sus pómulos y sus cachetes rubicundos, su cuello frágil, sus orejas como galletas. Sus brazos y antebrazos delicados por su delgadez y, llenos de vellos de color de oro, al igual que sus piernas y sus batatas. Sus manos, sus pies, sus dedos, su cintura, sus pechos, su ombligo, Soesja es un ser venido del más allá. Su sonrisa coqueta, llena de no...